Diario de León

El juez da el visto bueno a las banderas independentistas en la final de Copa

La vicepresidenta afirma que la restricción fue una decisión de carácter «técnico» .

La vicepresidenta del Gobierno en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, habló del tema. MARISCAL

La vicepresidenta del Gobierno en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, habló del tema. MARISCAL

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r. gorriarán | madrid

El juez de lo contencioso administrativo número 11 de Madrid corrigió al Gobierno y autorizó que las banderas independentistas de Cataluña ondeen en el partido de la final de Copa del Rey entre el F.C. Barcelona y el Sevilla C.F. de mañana. Evitó de esa manera lo que podía haber desembocado en un conflicto de dimensiones insospechadas entre la Generalitat y el Ejecutivo de Mariano Rajoy. «Fútbol es fútbol», dijo para quitar hierro la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría recordando las palabras del ex entrenador Vujadin Boskov, aunque en esta ocasión el fútbol, como pocas veces, se convirtió en política.

La decisión del juez Jesús Torres supuso un revés por partida doble al Ejecutivo de Mariano Rajoy. Por un lado, enmienda la plana a la Delegación del Gobierno de Madrid por tomar la medida, y, por otro, desaira a la Fiscalía por avalar la decisión. El titular del juzgado, entre muchas consideraciones jurídicas, resume su decisión en que prohibir la exhibición de las esteladas vulnera la libertad de expresión. Precisa que colocar esas banderas en instituciones públicas es un delito, pero no «cuando los ciudadanos hacen ostentación de ellas».

El juez señala asimismo que la restricción «genera un daño al recurrente por cuanto le impide, de forma pacífica, manifestar y expresar su ideología política» sin que existan razones para mutilar «un derecho fundamental». Apunta también que «en ningún caso ha resultado probado que la exhibición de la llamada estelada puede incitar a la violencia, al racismo, la xenofobia». Justo los argumentos de la ley contra la violencia en el deporte a los que apeló la Delegación del Gobierno para prohibir las banderas. Razones que respaldó ayer mismo la Fiscalía, que en su escrito alertó al juzgado de que «en ningún caso se puede justificar la suspensión cautelar» de la prohibición.

En contra de lo que suele ocurrir en la mayoría de los casos, el juez ignoró al fiscal y dio la razón al recurso presentado por la asociación de abogados Drets, mientras que la impugnación del Fútbol Club Barcelona aún no ha sido resuelta por el juzgado de lo contencioso número 15 de Madrid. En todo caso, con la decisión de Torres queda resuelto un asunto que había provocado una inesperada escalada de tensión entre los Gobiernos de Rajoy y Carles Puigdemont.

La delegada gubernamental, Concepción Dancausa, acató, como es obvio, la resolución judicial y anunció que no la recurrirá. Pero desde la Delegación señalaron que siguen creyendo que sus motivos para impedir la entrada de esteladas al estadio Vicente Calderón estaba ajustado a derecho. «Es un debate de seguridad ciudadana, no de símbolos», indicaron fuentes del departamento, que ratificaron también que sus razones eran solo técnicas, no políticas, como se han empeñado en mantener el Gobierno catalán y las fuerzas independentistas.

Diferencias

Desde el Gobierno, de todos modos, no las tenían todas consigo sobre la legalidad y viabilidad de la decisión. Al desmarque de Mariano Rajoy, que alegó que el tema no era de su competencia, siguió ayer el del ministro del Interior. Jorge Fernández Díaz, un entusiasta de la mano dura con el independentismo, señaló que su departamento no tuvo nada que ver con la prohibición a pesar de que altos cargos de su departamento participaron en la reunión donde se diseñó el plan de seguridad para la final de Copa.

En el Gobierno asimismo tampoco había un criterio común sobre las razones que impulsaron la frustrada prohibición. La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría aseguró varias veces tras el Consejo de Ministros que la medida obedeció a planteamientos «técnicos y operativos», de ninguna manera políticos. Le faltó tiempo al titular de Asuntos Exteriores, que no acudió a la reunión semanal en La Moncloa porque estaba en Bruselas, para decir que fue una medida «política». José Manuel García-Margallo no dejó en muy buen lugar a su superiora porque alegó que «más que una cuestión legal», la prohibición de las esteladas «es una cuestión política y una cuestión sentimental».

Poco antes la número dos del Ejecutivo se había desgañitado diciendo que la medida se adoptó por motivos técnicos y hasta recurrió a un famoso comentario del ex entrenador yugoslavo del Real Madrid Vujadin Boskov para pedir que nadie busque tres pies al gato. «Fútbol es fútbol», dijo para pedir que se «despolitice» un debate que debe ser, a su juicio, deportivo y en ningún caso político.

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