Sáenz de Santamaría: «Quien trabaja para romper, acaba roto»

El cisma de la CUP no sólo causó un pequeño terremoto en el ámbito político catalán, sino que fue motivo de análisis tras el Consejo de Ministros. «Se veía venir, la CUP ha probado su propia medicina», afirmó la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. «Cuando uno trabaja para romper, al final acaba roto» y eso es lo que le ha pasado a la CUP, según la portavoz del Ejecutivo central. «Es un partido de radicales, genera inestabilidad y son inestables», remató.

Desde Esquerra Republicana, Gabriel Rufián señaló que los anticapitalistas son, han sido y serán «imprescindibles» para el proceso y confió en que la formación antisistema salga reforzada de la crisis interna porque es necesaria, según Rufián, para que el proyecto independentista siga adelante. Eso sí, Esquerra advirtió a la CUP, pero también a Convergència, de la enorme capacidad «fagocitaria» que a su entender tiene el proceso soberanista con los que no son claros.

Convergéncia ignoró el aviso y trató de sacar pecho, asegurando que ha actuado con firmeza con los anticapitalistas, lo que «empieza a dar resultados», según Francesc Homs. El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, se felicitó de que la CUP ya no tenga «ninguna influencia» en el Ejecutivo. En cambio, la líder de C’s en Cataluña, Inés Arrimadas, instó a los convergentes a que reflexionen sobre el hecho de que la CUP pueda decidir el «futuro político de Cataluña».