El Gobierno cree que su estrategia genera resultados

Algo se mueve en Cataluña. O al menos así lo estima el Gobierno. El retroceso del secesionismo que recogía el jueves el último barómetro del CEO, el órgano demoscópico dependiente de la Generalitat, refuerza el balance de La Moncloa sobre su actuación de los últimos meses. La estrategia, apuntan fuentes del Gobierno, empieza a «calar».

La encuesta del CIS catalán contemplaba que el 48,5% de la población de esa comunidad se sitúa en contra de la independencia, mientras que el 44,3% la defiende. La distancia se ha incrementado respecto a la oleada de diciembre de 2016 y en los despachos gubernamentales, aún prudentes, celebran el avance.

Hace cinco meses que Mariano Rajoy encargó a su vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, ocuparse del conflicto con la Generalitat y reconducir la deriva separatista de las formaciones que gobiernan en Cataluña. La llamada ‘operación diálogo’ no ha servido en este tiempo para contener la hoja de ruta de Carles Pugidemont, pero en el Ejecutivo confían en que sus mensajes de mano tendida a las instituciones catalanas comiencen a penetrar en la sociedad civil.