El partido de Ada Colau salta a la arena política con la ausencia de Podemos
Los ‘comunes’ rechazan el independentismo y apuestan por una república catalana.
La alcaldesa de Barcelona, Colau, en la asamblea de ayer. M. PÉREZ
C. Reino | Barcelona
En diciembre de 2014, Pablo Iglesias hizo su presentación en sociedad en Cataluña con un mitin multitudinario en el pabellón del Valle de Hebrón de Barcelona. Dos años y medio después, el dirigente morado fue el gran ausente de la asamblea fundacional del partido de Ada Colau, celebrada en el mismo polideportivo que catapultó a Iglesias.
La decisión del secretario general de Podemos en Cataluña, Albano Dante Fachín, de no participar en la confluencia junto a Barcelona en Comú, Iniciativa per Catalunya, Esquerra Unida y Equo, deja a la formación morada en zona de nadie y sin posibilidades de dar la batalla en solitario. Tras la asamblea de Vistalegre II, que se saldó con la derrota del errejonismo, Iglesias tiene un problema en Cataluña porque además su partido camina hacia la escisión, ya que los sectores críticos sí han participado en la creación de la nueva fuerza.
En busca de una fórmula
Iglesias no estuvo en la asamblea, pero mandó un vídeo para expresar que está convencido de que «seguiremos caminando juntos» y envió también a su secretario de Organización, Pablo Echenique, para buscar la fórmula que permita en el futuro que Podemos se integre en el partido neonato. «Hoy inauguramos un nuevo ciclo político para el país», afirmó Xavier Domènech, hombre fuerte junto a Ada Colau y muy cercano a Iglesias. La nueva propuesta nace en un contexto de atomización de las fuerzas políticas catalanas y en un entorno muy cambiante, pues algunos de los partidos que no hace mucho marcaban la pauta en Cataluña ya ni existen o se han tenido que reinventar, como Convergència y el PSC. Nace además con vocación de ser hegemónico, pues no en vano los ‘comunes’ ganaron las pasadas elecciones municipales en Barcelona y se impusieron en Cataluña en las dos últimos comicios generales.
En una sociedad catalana que ha virado hacia la izquierda, los ‘comunes’ tratan de presentarse como el PSUC del siglo XXI y está por ver si la alcaldesa Colau acabará siguiendo los pasos de Pasqual Maragall, que tras su paso por la política municipal dio el salto al Palau de la Generalitat.