Una oferta electoral muy fraccionada
En Cataluña, salvo contadas excepciones, siempre ha habido una candidatura muy mayoritaria, la de CiU, que ganaba la pugna de los restos, pero en esta ocasión no hay favorito claro y la oferta electoral está muy fraccionada. Un escenario en el que tendrá capital importancia otro elemento, la participación. Las previsiones son espectaculares, y apuntan a una afluencia a las urnas por encima del 80% del censo. Solo se superó ese porcentaje en las elecciones generales de 1982, las de la gran mayoría absoluta de Felipe González, con el 80,7%. En las citas autonómicas la marca la tienen las de 2015, cuando votó el 77,5%. El sondeo preelectoral del CIS recogió una participación del 90,1%, y hace dos años acertó con el 77%. «Todo apunta a que habrá una participación récord, una cifra nunca obtenida en Catalunya», aventura el profesor de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Barcelona, Oriol Bartomeus.