El Gobierno dará por primera vez los datos de cada mesa
Advierte de que el «único resultado válido» lo ofrecerá la Generalitat.
nuria vega | madrid
Hace días que el Gobierno trata de blindar el escrutinio de hoy. No sólo se han reforzado técnicamente los sistemas que intervienen en la recogida de datos y la publicación de los resultados provisionales para garantizar la seguridad y limpieza de los comicios. Además, el Ejecutivo intenta neutralizar el recuento paralelo que pretenden llevar a cabo las fuerzas independentistas y asociaciones como la Asamblea Nacional Catalana. «Es importante remarcar y dejar claro que el único resultado válido, el que tiene todas las garantías, es el que dará la Generalitat», advirtió ayer Enric Millo.
El delegado del Gobierno en Cataluña desveló que, por primera vez y en aras de la «transparencia», mañana la página web que recoge los datos de la votación detallará las actas de cada una de las 8.247 mesas electorales. Una medida excepcional para dejar sin efecto el cuestionamiento del sistema.
En el Gobierno inciden en que no existe riesgo alguno de manipulación de los comicios, que en España el recuento es manual y que se realiza delante de los interventores y apoderados de los partidos políticos. Esos representantes de las formaciones, procedentes de todo el territorio nacional, estarán en los locales de votación desde que se constituyan las mesas hasta que se sellen los sobres con las actas. Tienen la posibilidad de supervisar el proceso y plantear reclamaciones ante cualquier duda que surja.
Debido a los recelos que generan en el independentismo unos comicios convocados por Mariano Rajoy vía artículo 155 de la Constitución, Esquerra prevé contar con una red de cerca de 20.000 apoderados. Será probablemente la representación más abultada de todas. Y de ellos y del resto de enviados de los partidos espera el Ejecutivo rigor y un comportamiento responsable, porque lo que sí se teme en La Moncloa es que se extienda la sombra de la duda sobre los resultados oficiales y que acabe librándose, probablemente en Internet y en las redes sociales, una batalla de desinformación.
Para el Gobierno resulta tan relevante impedir que se socave la credibilidad del sistema como repeler intentos de ‘hackeo’ en la noche electoral. Dos asuntos completamente distintos. Sobre el último fenómeno, el ministro del Interior anticipó en la jornada de reflexión que el Gobierno cuenta con «dispositivos especiales» para reaccionar en caso de ciberataques que busquen alterar el funcionamiento del proceso. La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, ya anunció en el Senado el pasado lunes que se ha solicitado a la alta representante para la Política Exterior y de Seguridad, Federica Mogherini, la colaboración de la UE para garantizar la ciberseguridad del 21-D.