Diario de León

Enemigos íntimos: la complicada cohabitación de Pedro y Susana

Los dirigentes socialistas se necesitan para constituir una alternativa de Gobierno.

Pedro Sánchez y Susana Díaz durante el encuentro mantenido la semana pasada. JULIO MUÑOZ

Pedro Sánchez y Susana Díaz durante el encuentro mantenido la semana pasada. JULIO MUÑOZ

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ramón gorriarán | madrid

Ni Pedro Sánchez ni Susana Díaz quieren reabrir las heridas que dejaron mal cerradas las primarias de mayo. El secretario general huye de los conflictos internos porque necesita la paz orgánica para asentar su liderazgo y construir una alternativa de gobierno ante un PP que hace aguas, ante Ciudadanos que cabalga la ola de la victoria en Cataluña y ante Podemos que vive sus horas más tristes. La presidente de la Junta de Andalucía aún busca recuperarse de la derrota y también desea la calma con la vista puesta en las municipales del próximo año mientras coquetea con el adelanto de las autonómicas.

No es una guerra fría, pero tampoco una paz caribeña. Es una cohabitación templada forzada por las circunstancias, aunque ninguno de los dos olvida afrentas pasadas.

El secretario general trata de reafirmar su liderazgo y su autoridad, y la presidenta andaluza quiere tener las aguas tranquilas. El discurso iconoclasta y heterodoxo con el que Sánchez ganó las elecciones internas ha dado paso a la modulación de las posturas y al entendimiento con el Gobierno. La crisis de Cataluña es el peor escenario para marcar diferencias con Mariano Rajoy y cualquier desmarque de lo que se entiende como políticas de estado podría provocar un motín en las filas socialistas, donde el debate identitario es materia muy inflamable. Sánchez ha recompuesto las relaciones con la mayoría de los barones territoriales, que respaldaron casi sin excepción a Susana Díaz en las primarias. Ha tendido puentes asimismo con José Luis Rodríguez Zapatero, no así con Felipe González o Alfredo Pérez Rubalcaba con los que la comunicación es inexistente. Necesita esa paz interna para dar a conocer su proyecto alternativo de gobierno para cuya gestación se ha dado un año de plazo.

El deshielo

Sánchez no quiere pisar callos sin necesidad, y esta misma semana intentó reconducir la situación en su segundo encuentro desde las primarias con Susana Díaz, el primero fue gélido con motivo del congreso de los socialistas andaluces que reeligieron a su secretaria general en julio pasado. Solo se reunieron durante media hora, pero sirvió para el posterior intercambio de carantoñas. «El deshielo para Frozen» , dijo la presidente andaluza con una respuesta alusiva a la película sobre el reino del hielo para negar las tensiones entre ambos. «Cada uno está donde tiene que estar y en su trabajo», añadió complacida. «Las discrepancias están superadas, ahora remamos todos en la misma dirección», redondeó el secretario general.

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