La Generalitat vuelve a plantar al rey Felipe VI en su visita a Barcelona
El Gobierno catalán anunció en junio que rompía relaciones con la Casa Real.
El rey, acompañado de la ministra de Energía, durante la inauguración de Gastech. QUIQUE GARCÍA
cristian reino | barcelona
Quim Torra mantiene un doble discurso hacia el Estado. Mientras dialoga con el Gobierno central, se niega a reconocer a Felipe VI como rey de los catalanes. La Generalitat plantó ayer una vez más al rey, en la inauguración del salón Gastech, sobre el sector gasista, en la Fira de Barcelona, en L’Hospitalet. Ni el presidente catalán ni sus consejeros asistieron al acto (tampoco la alcaldesa Ada Colau) y la representación del Ejecutivo catalán se redujo a un director general. Del Gobierno central, acudió la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera.
Torra anunció en junio que la Generalitat rompía relaciones con la Casa Real. Esto implica que no invitará a los actos que organice a ningún miembro de la Familia Real y no acudirá a los eventos que la Casa Real celebre en suelo catalán. Así fue en la entrega de los premios de la Fundación Princesa de Girona. Felipe VI y Torra sí coincidieron, en cambio, en la inauguración de los Juegos Mediterráneos. El independentismo censura al rey el discurso que pronunció el 3 de octubre, cuando advirtió de que, ante la situación «de extrema gravedad», los «legítimos poderes del Estado» deben asegurar «el orden constitucional».
La de ayer fue la primera visita del rey a Cataluña desde la Diada y la sexta del año. La última vez que se desplazó a Cataluña fue en agosto con motivo de los actos de recuerdo de los atentados del 17-A. Torra saludó al rey en aquella ceremonia, pero le hizo un desplante al acudir al acto junto a la mujer del exconsejero Quim Forn.
Plazos
Ducha de agua fría para el independentismo. Cuando no ha pasado ni una semana desde la última manifestación de la Diada, en la que uno de los oradores, el abogado del expresidente de la Generalitat, vaticinó que Cataluña será independiente el año que viene, Carles Puigdemont pronosticó ayer que la secesión no llegará antes de 20 o 30 años. Una generación entera. Ese es el periodo de tiempo que prevé permanecer en Bruselas sin poder regresar a España, mientras siga huido de la justicia.
El expresidente de la Generalitat, que durante su mandato se propuso situar a Cataluña en la preindependencia en solo 18 meses, apuntó no obstante que hoy Cataluña es más independiente que hace un año y que el pueblo catalán ya es de facto una realidad política. Lo hizo en una entrevista al diario flamenco Het Belang van Limburg , que puede marcar un punto de inflexión en las declaraciones de los líderes del secesionismo catalán, que llevan años afirmando que la ruptura está a la vuelta de la esquina.
Algunos dirigentes secesionistas ya han empezado a levantar el pie del acelerador. Gabriel Rufián, de ERC, abogó por «pinchar la burbuja del independentismo mágico».