Diario de León

La exhumación en seis preguntas

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Casi todas las preguntas que se vienen planteando desde que surgiera el debate hace siete años tienen respuesta.

¿Por qué está Franco enterrado en el Valle de los Caídos?

El dictador nunca pidió ni ordenó ser sepultado en el monumento reservado a los fallecidos durante la Guerra Civil. Su intención era ser enterrado en el panteón de su familia en el cementerio de Mingorrubio, cercano al Palacio de El Pardo. Pero nunca dejó escrita su última voluntad. La inhumación en el Valle de los Caídos fue decidida a contrarreloj por el entonces presidente del Gobierno, Carlos Arias Navarro, que encargó la reforma exprés para preparar la tumba.

¿Cuándo será la exhumación?

El Gobierno ha anunciado que exhumará los restos el próximo 10 de junio. El real decreto ley aprobado entrará en vigor 24 horas después de su publicación en el BOE. A partir de ese momento, el Congreso de los Diputados tiene un plazo de 30 días para convalidarlo o rechazarlo. Sin embargo, al ser un decreto ley el Ejecutivo puede empezar a implementar medidas de aplicación. El Consejo de Ministros de la semana que vienen aprobará un acuerdo de incoación.

¿Qué puede hacer la familia Franco?

Como parte interesada puede o no presentar alegaciones contra la exhumación, aunque, ya avisan los expertos, éstas no van a prosperar salvo sorpresa mayúscula, ya que el Gobierno va a blindar la exhumación a posibles recursos con el decreto ley.

¿Qué pasa si la familia se niega a hacerse cargo de los restos?

El Gobierno ya ha previsto esta contingencia. El Ejecutivo, según el proyecto aprobado, decidirá la nueva ubicación de los restos de Franco en un «lugar digno y respetuoso» si la familia rechaza hacerse cargo del cadáver del general.

¿Cómo será la exhumación?

Todos los expertos consultados coinciden en que será «sencillísima y rapidísima». El proceso puede durar una hora y la única dificultad mínima es levantar la losa de 1.500 kilos que cubre la tumba, un trabajo «muy fácil». Se trata de una losa 20 centímetros de grosor, 1,26 metros de ancho y 2,26 de largo. Una vez descubierto el enterramiento, bastaría trasladar en un carro el sarcófago desde el crucero, a través de la nave y el atrio, hasta la explanada exterior para cargarlo en un furgón fúnebre.

¿Quién estará presente?

En principio en este tipo de traslados bastaría con la presencia de un notario para dar fe de la exhumación y el posterior traslado. No sería necesaria la presencia de un forense al existir un certificado de defunción. No obstante, dada la relevancia de la exhumación, no se descarta que pudiera estar también supervisada por un juez.

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