Diario de León

Sánchez encara un mes decisivo para sacar adelante su investidura

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Ander Azpiroz

Comienza el mes decisivo para Pedro Sánchez, algo más de 30 días en los que deberá emplearse a fondo para convencer a otras fuerzas políticas, aparte del PRC de Miguel Angel Revilla, y sacar adelante su investidura. El líder socialista tiene previsto iniciar a partir de esta semana las reuniones con las formaciones que han mostrado, con mayor o menor entusiasmo, su disposición a allanarle el camino a la Moncloa. Sánchez necesita 176 votos en primera votación o más síes que noes en la segunda. Si no lo consigue, el 23 de septiembre se convocarán unas nuevas elecciones generales que se celebrarán el 10 de noviembre.

Los nacionalistas vascos serán, a priori, los primeros en recibir la visita del presidente del Gobierno. Sánchez, si no hay cambio de planes, tiene previsto viajar esta semana a Bilbao para entrevistarse en la sede del PNV con su presidente, Andoni Ortuzar. Sus seis diputados ya se abstuvieron en la investidura fallida de finales de julio y su portavoz, Aitor Esteban, dejó abierta la puerta para pasarse al sí, siempre y cuando el PSOE logre cerrar un pacto con Unidas Podemos, indispensable para que haya Ejecutivo. En el capítulo de exigencias, los nacionalistas reclaman la transferencia de las competencias previstas en el Estatuto de Gernika, inversión en infraestructuras y acelerar las obras del tren de alta velocidad hacia el País Vasco.

Interlocutores

Los votos del PNV no le son indispensables a Sánchez, pero sin duda tratará de cerrarlos para mantener con los nacionalistas vascos un acuerdo que se prolongue durante la legislatura. Son, además, unos excelentes interlocutores con el independentismo. Esquerra 15 diputados (1 suspendido) Es, junto a Podemos, quien tiene en su mano la clave de la investidura. Al PSOE le bastaría con pactar solo con estas dos fuerzas. Los republicanos tiraron en julio de pragmatismo y se abstuvieron en la investidura, a pesar del alto coste que les supuso. Su portavoz, Gabriel Rufián, se ha convertido desde entonces en un traidor para el ala más radical del independentismo. Pero ERC sostiene que mejor Sánchez en la Moncloa que una coalición de centro derecha que se ha comprometido a aplicar un nuevo 155 al minuto siguiente de tocar poder. El problema es que septiembre no es julio.

La investidura podría solaparse con la Diada, la gran fiesta del soberanismo. A ello se suma la proximidad de la sentencia del ‘procés’. Si Esquerra no se abstiene de nuevo, muy difícilmente habrá Gobierno. El PSOE conversará estas semanas con los republicanos, unos contactos que confirmó Sánchez pero que dejará en manos de su número dos, Adriana Lastra, para evitar la foto con el secesionismo. JxCat 7 diputados (3 suspendidos) La formación de Carles Puigdemont ya votó en contra en julio -junto a PP, Ciudadanos o Vox- y nada hace pensar que vaya a cambiar de parecer de aquí al 23 de septiembre. La coalición independentista juega a lo fácil y prefiere dejar a Esquerra el papel de cómplice con Madrid. La portavoz parlamentaria, Laura Borràs, exige a Sánchez un diálogo de tú a tú, es decir, con la foto de por medio que el presidente del Gobierno quiere evitar, a pesar de que el pasado 9 de agosto el líder socialista se refirió a Esquerra y JxCat como «formaciones nacionalistas», que no independentistas. La reclamación de Puigdemont y Quim Torra a Sánchez sigue siendo la celebración de un referéndum pactado de autodeterminación, algo que los socialistas aseguran que no permitirán jamás.

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