Patatas a la puerta de casa para combatir la crisis

Agricultura, ganadería, pesca... Actividades que siempre han estado entre nosotros y que en tiempo de crisis como la que actualmente vivimos se han convertido en esenciales. Y eso que en más de una ocasión han sido denostadas y maltratadas convirtiendo a veces el día a día de las personas que viven directamente de ellas en una carrera de obstáculos para salir adelante.

Uno de esos casos es el de José Javier González Carro. Agricultor de Sopeña de Carneros, a unos pocos kilómetros de Astorga, que ha tirado de imaginación para seguir adelante. Sabe que de los tiempos duros que se avecinan. Para él, convivir con las dificultades no es nada nuevo, aunque ahora parece que se presentan incluso mas duraderas y dañinas. Por eso ha hecho gala de ingenio para poder mantener su actividad y dar salida a los cientos de patatas que cultiva y que no pueden estropearse en su almacén. Hay que darles salida sino todo se vendría abajo. Con su ejemplo no quiere más que el resto de agricultores y ganaderos, pequeños como él, pueden seguir sus pasos, bien sea uniéndose en iniciativas como estas o con otros caminos.

Tampoco desea ser protagonista. Sólo poder seguir trabajando en lo que h hecho durante tantos años y que es lo que reporta dinero para su casa. «La situación que se nos presenta para mí y los pequeños agricultores es bastante compleja y hay que buscar salidas para que no se vaya todo al traste», precisa José Javier que hace unas fechas decidía, ante la imposibilidad de poder dar salida a su producción de patatas, buscar nuevas vías.

«Con esta crisis y el estado de alarma las cosas se han complicado. Bien es cierto que los almacenes siguen abiertos pero la salida del producto se ha dificultado en exceso hasta el punto de que el producto tiene poca salida. Por eso decidí que iba a probar con otras alternativas y pensé que porqué no podía llevar yo el productos a las casa, en este caso patatas». Su primer paso fue colgar en las redes sociales esta opción. Y en apenas unos días la respuesta ha sido más que aceptable. Además, como apunta, pone en valor lo más cercano. «Las patatas que vendo son cosechadas por mí. Las trabajo en el campo yo y luego las envaso en sacos de 25 kilos a diez euros. No hay truco y todo es de aquí», apunta José Javier a la vez que incide que consumiendo productos, tanto ganaderos como agrícolas de lo más cercano, se contribuye de manera esencial a que los vecinos y también trabajadores y productores de la tierra puedan salir adelante, máxime en momentos tan complicados.

«Por ahora mi radio de acción son unos veinte kilómetros aunque también cabe la posibilidad de que si el pedido es grande esa distancia pueda ser mayor. Siempre dependiendo de que el viaje no suponga pérdidas. El margen que tengo es muy escaso pero también, grano a grano, ayuda a seguir adelante», apunta. Eso sí, remarca, «todo se hace con las máximas medidas de seguridad e higiene». Mascarilla, guantes y esmerado cuidado en el envase del producto. Y además en la puerta de casa, algo que también ayuda al consumidor que no tiene que desplazarse a adquirir, en este caso, las patatas que no pueden faltar a la mesa. Y además, cosechadas cerca de los hogares. Un motivo más de confianza para los potenciales consumidores.