Dos años de diálogo y poco más

Jesús Posada trató de impregnar a su gestión en Administraciones Públicas de un talante dialogante que la oposición le reconoció, aunque sus esfuerzos no fueron coronados por el éxito. Sus dos proyectos estrellas, el estatuto de la función pública y la ley de cooperación autonómica, no salieron adelante, el primero por el desacuerdo sindical, y el segundo por el rechazo de socialistas y nacionalistas. Su sucesor deberá encarar ambas tareas y hacer frente, además, a la ofensiva del Gobierno vasco para lograr el traspaso de 37 competencias, a su juicio, pendientes. Posada, con diálogo y buenas maneras, congeló las demandas del Ejecutivo de Vitoria y sólo estaba dispuesto a transferir cuatro.