Todos los tanques de la popa del «Prestige» tienen pérdidas de fuel

La popa del Prestige, situada a 3.545 metros de profundidad es, literalmente, un coladero, según se puede apreciar en las imágenes tomadas por el Nautile. Todos los tanques de esta parte del buque tienen alguna grieta y amenazan con verter al océano Atlántico toda su carga, a no ser que el fuel termine por solidificarse, tal y como esperan los científicos de la comisión que asesora al Gobierno. Una nueva grieta en el tanque de estribor más próximo al puente de mando fue descubierta en la última misión del batiscafo Nautile. Para los participantes en la inmersión, este depósito era el único de popa que permanecía intacto tras el hundimiento. La fuga se encuentra en la escotilla y tubería del tanque, por lo que se supone una pérdida importante de hidrocarburo. Fue descubierta una vez liberada de obstáculos la cubierta. Reducción de emisiones Las sucesivas inmersiones del Nautile no han logrado taponar totalmente ninguna de las fugas de popa, algo que sí se ha conseguido en dos de las grietas de proa. No obstante, los investigadores constatan que una de las fugas más importantes en la parte posterior del barco está comenzando a reducir sus emisiones de fuel. Eso a pesar de que admiten la dificultada para sellar el mangorote de popa, la salida de combustible más importante en el Prestige. En cualquier caso, los técnicos aún no se atreven a evaluar el nivel total de las pérdidas en esta parte del petrolero. Tan sólo indican que las «obturaciones parciales de las fgugas y la reducción de emisiones en superficie reportada por aviones portugueses indican una disminución general de los vertidos de popa». Por otra parte, los técnicos han aumentado la capacidad operativa del sumergible, que tenía limitado a 50 kilos su capacidad para transportar pesos. Para ello se utiliza una cesta que soporta hasta 500 kilos y que desciende hasta los pecios. Por otro lado, marineros de la Cofradía de Pescadores de Vigo, Cangas y Baiona salieron ayer en sus barcos para recoger en playas y en el entorno de la Ría de Vigo pequeñas galletas o «bolitas» de fuel-oil, procedentes del vertido del Prestige, que se desprendieron de las rocas como consecuencia del temporal que azotó a la comunidad gallega en los últimos días. El vicepatrón del pósito vigués, Julio Alonso, explicó ayer que los arenales afectados, la Playa de Fuchiños, Canido y Playa de Sobreira, localizados en la zona de Cabo Estai, presentaban «muy poca cantidad» de galletas de entre «uno y dos centrímetros cuadrados», según puntualizó.