El Príncipe respalda la carrera de 115 nuevos suboficiales del Ejército delAire

Tras dos años de intensa formación, los 115 alumnos integrantes de la XI promoción de la Academia Básica del Aire recibieron ayer sus despachos de suboficiales. Fue el Príncipe de Asturias quien ordenó a los nuevos sargentos romper filas por última vez en la plaza de armas del centro castrense, orden que respondieron con un ¡Viva el Rey! y lanzando sus gorras al aire con estruendosos gritos. El Heredero de la Corona había llegado a la Academia en helicóptero minutos antes de las 11.30 horas procedente de Madrid para presidir en La Virgen del Camino la entrega de los despachos a la XI promoción. Como viene siendo habitual desde la puesta en marcha del centro militar, la Casa Real acude a este acto para apoyar con su presencia la formación de los suboficiales del Ejército del Aire. Rey y Príncipe se han dado el relevo a lo largo de los años. También la Reina ha acompañado a Don Juan Carlos en numerosas ocasiones. Después de recibir los honores, pasar revista a las tropas y saludar a las autoridades militares y civiles, Felipe de Borbón se dirigió al palco para presidir la ceremonia, que se inició con el acto de Acción de Gracias oficiado por el arzobispo general castrense, José Manuel Estepa. Simbolizó en el Salmo 65 el espíritu del momento: «Dios ha actuado en la vida de cada uno». El instante central del acto llegó con los reales despachos. El Príncipe de Asturias hizo entrega de sus títulos a los número uno de la promoción: Dolores Alba, número uno del Cuerpo General, y Pedro J. Guerra, del Cuerpo de Especialistas. Ambos recibieron de manos de su Alteza la Medalla al Mérito Aeronáutico con distintivo blanco. Autoridades civiles y militares dieron entonces el relevo al Príncipe en la entrega de despachos a los 113 alumnos restantes en grupos de diez. Su antigüedad como sargentos tendrá de esta forma fecha de 9 de julio del 2003. Llegó entonces el momento de la última lección del curso del coronel director de la Academia, José Antonio Fernández Demaría, con el aliento a las nuevas carreras militares que se inician. El homenaje a aquellos que dieron su vida por España puso la nota más emotiva de la ceremonia, al son de «La muerte no es el final», mientras la corona de laureles portada por un escuadrón llegaba hasta el monumento que se alza en la plaza de armas. Siete aviones C-101 de Matacán surcaron el cielo de la Academia en formación, acompañados desde tierra por una descarga de fusiles. No faltó tampoco el canto del Himno del Ejército del Aire. Tras la orden del Príncipe de romper filas, llegó el momento del desfile de los nuevos suboficiales en el área de las pistas de vuelo, con una nueva pasada de los C-101. Un vino español con los nuevos sargentos y sus familiares puso el broche final a la jornada y a la presencia del Príncipe en León. Hacia las 14.00 horas abandonó la Academia con destino a Madrid. Ayer también, los 145 alumnos de la XII promoción recibieron sus títulos de sargento alumno de mano del general jefe del Mando Aéreo del Centro, teniente general Gonzalo Ramos. Entre los asistentes al acto principal se encontraban el jefe del Estado Mayor de la Defensa, almirante Antonio Moreno, el subsecretario del Ministerio de Defensa, Víctor Torre de Silva, el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, y el presidente de las Cortes de Castilla y León, Fernández Santiago, así como otras autoridades locales.