El entierro en la localidad de uno de los fallecidos reúne a 2.000 personas

Cerca de 2.000 personas, entre ellas numerosos representantes institucionales, asistieron a primera hora de la tarde de ayer al sepelio que tuvo lugar en la Iglesia de San José, en el populoso barrio de la 630 de Puertollano (Ciudad Real) por el alma de Roberto Fernández Murillo, de 23 años de edad, uno de los cuatro trabajadores fallecidos en la explosión y posterior incendio de la refinería de Repsol-YPF . El funeral tuvo lugar a las 16.00 horas y fue oficiado por el obispo de Ciudad Real y Prior de las Órdenes Militares, Antonio Ángel Algora, en un ambiente de dolor y emoción de los familiares y amigos, viviéndose algún momento de tensión por la presencia de los medios de comunicación. Al acto asistieron, entre otros, el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete; la delegada del Gobierno en la región, Encarnación Naharro; el presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, el vicepresidente regional, José María Barreda; los consejeros Portavoz, Emiliano García-Page y de Industria y Trabajo, Alberto Saiz; el secretario general de UGT, Cándido Méndez, y el alcalde de Puertollano, Casimiro Sánchez. Durante la homilía, el obispo de Ciudad Real, Antonio Algora, destacó la importancia eque para Puertollano tiene la refinería , pero también señaló que es importante que se tomen las medidas de seguridad que eviten los accidentes como el ocurrido ayer.