Diario de León

Una de cada tres familias se niega todavía a ceder los órganos de parientes fallecidos, aunque puedan salvar otras vidas

Las donaciones para trasplantes se han estancado en sólo nueve este año

Los accidentes de tráfico ceden paso a los infartos y hemorragias cerebrales

Foto de archivo de un transporte de órganos por avión desde el aeropuerto de La Virgen del Camino

Foto de archivo de un transporte de órganos por avión desde el aeropuerto de La Virgen del Camino

Publicado por
Antonio Núñez - León
León

Creado:

Actualizado:

La estadística de donaciones de órganos para trasplantes se ha estancado en lo que va de año en sólo nueve casos frente a un total de catorce en el 2002, a pesar de la creciente demanda hospitalaria en este tipo de operaciones quirúrgicas. Según el coordinador de trasplantes del complejo hospitalario leonés, Carlos Fernández Renedo, tanto el número de donantes como el de pacientes en lista de espera es enormente bajo en comparación con las teóricas necesidades sanitarias de la provincia, por lo que oferta y demanda, por utilizar términos económicistas, deben ajustarse a la realidad de lo que simplemente hay. Durante el pasado año los médicos del hospital leonés solicitaron a un total de veinte familiares de pacientes ya fallecidos el correspondiente permiso legal para extraer de los cadáveres órganos susceptibles de ser reimplantados, como riñones, pulmones o corazón, lo que sólo consiguieron en un 70% de los casos. En la tercera parte restante las familias se negaron por sistema o alegaron tener dudas sobre la decisión, que, una vez retrasada, se resolvió con resultados negativos. Según la última memoria anual de este servicio hospitalario «la tasa de negativas continúa elevada y en el mismo porcentaje del año anterior, alejándonos de la media nacional y de la comunidad autónoma, a pesar de las campañas de concienciación». No parecen existir motivaciones de conciencia o religiosas en la negativa a la donación de órganos, salvo en casos aislados, como los Testigos de Jehová, que también se niegan a admitir transfusiones de sangre. Las religiones islamistas tampoco permiten, al menos en teoría, la extracción de órganos de los cadáveres de creyentes, aunque, según Renedo, «no se ha producido aún ningún caso para la polémica y, por el contrario, me han asegurado que no habría problemas si hubiera una oportunidad». Accidentes en verano El número de extracciones de órganos sigue siendo más frecuente en verano, aunque en cifras un tanto relativas, teniendo en cuenta lo escaso de la estadítica anual, que apenas da para un caso por mes. El retrato robot clásico de un potencial donante es el de una persona joven, generalmente de menos de 35 años, fallecido de forma súbita y sin enfermedades crónicas o infecciones que pudiera transmitir a otros pacientes. «Efectivamente en verano se nota un incremento en las donaciones de órganos por causa de los accidentes de tráfico, pero cada vez es menor, no porque deje de haber este tipo de siniestros, sino porque hoy los potenciales donantes fallecen en los hospitales mayoritariamente por otras causas: antes un tercio se debía a accidentes y el resto a hemorragias o infartos cerebrales, mientras que ahora la proporción se ha invertido». En cuanto a las autorizaciones familiares para disponer de los órganos de una persona cuyas constantes vitales se mantienen artificialmente, aunque su muerte cerebral ya se haya producido, se insiste en que la actitud de las familias apenas ha variado en los últimos años a pesar de las campañas de concienciación para salvar otras vidas. Teóricamente la norma dice que puede disponerse de un cadáver para salvar a otra persona, pero la letra nenuda de la ley y la propia conciencia del médico, obliga a pedir autorización a los familiares. 1396927554

tracking