León tramita el doble de la potencia eólica aconsejada por Medio Ambiente

El viento como fuente de energía alternativa ha chocado en la geografía leonesa con el alto valor ambiental de las zonas donde sopla con más fuerza. Los picos del Cornión, la sierra Casomera, Ancares, Montes Aquilanos y Gistredo son áreas parcialmente vetadas para la explotación energética del aire. Pero no sucede lo mismo con sus estribaciones, salvo que estén en espacio natural protegido, un área Zepa, zonas húmedas de interés nacional, lugares de importancia comunitaria... En este caso, se pueden imponer, como mucho, restricciones. Hasta aquí, la teoría. La práctica es que el filón del aire ha desbordado en León todas las previsiones y, en particular, el dictamen medioambiental sobre el plan eólico de Castilla y León. Este documento estima que tienen viabilidad técnica 700 megawatios, pero en el mejor de los casos -opción desarrollista- se podrían poner en marcha 595. La Consejería de Medio Ambiente recomendó escoger la alternativa «sostenida» que prevé explotar hasta 520 MW. La tercera propuesta, también desechada, fue la conservacionista que fijaba un aprovechamiento máximo de 80 MW. Desde abril del 2000, cuando fue aprobado el dictamen de Medio Ambiente, hasta ahora sólo se ha puesto en funcionamiento un parque eólico en la provincia, el Manzanal II, con una potencia de 50 megawatios. Pertenece a una empresa participada por Unión Fenosa y Energías Renovables del Bierzo. Dos están en construcción y otros dos cuentan con la autorización administrativa, según datos del Ente Regional de la Energía. Suponen, en total, un aprovechamiento de 163,64 megawatios que, sumados a los 296,5 de otros trece parques con la declaración de impacto ambiental aprobada (460,31 megawatios) rozan ya la alternativa sostenida. Para el Ente Regional de la Energía (Eren) éstos últimos no existen pues «no tienen aún la autorización», precisa un técnico. Los que aún no han superado la barrera de Medio Ambiente suman una potencia de 489,10 megawatios. El galimatías de parques eólicos que se tramitan en distintos departamentos de la administración regional sólo se puede descifrar con un seguimiento diario del Boletín Oficial de Castilla y León. El Bierzo, Omaña y la montaña occidental de León, La Cabrera y los Montes de León son las zonas en las que se concentran los futuros parques. De las 34 localizaciones que señala el dictamen ambiental, sólo dos se sitúan en la comarca de Omaña. Sin embargo, municipios como Riello y Murias concentran 14 peticiones y aunque solamente una está autorizada hay al menos seis con informe de impacto ambiental positivo y superan, con mucho, los 20 MW recomendados en el dictamen medioambiental. Frente a las voces empresariales de que «es una energía limpia», como defiende el empresario berciano Manuel Lamelas Viloria, emerge el discurso de la sostenibilidad. «Tiene un impacto ambiental y paisajístico en zonas que se pretenden desarrollar turísticamente», precisa el economista Julio Lago Rodríguez. En la misma línea, el colectivo Tambarón -que rinde homenaje a un pico amenazado en Omaña- considera «imprescindible» introducir el factor turístico a la hora de valorar la implantación de una central eólica.