Casi 400 ex emigrantes leoneses piden ayuda para reinsertarse al volver a casa

Cerca de 400 ex emigrantes leoneses en países centroeuropeos e hispanoamericanos han creado una asociación para reivindicar ante las administraciones públicas ayudas en su reinserción de vuelta a los lugares de origen, algo que, según ellos resulta especialmente problemático en materia de pensiones, asistencia sanitaria, integración de sus hijos en centros escolares españoles, apoyos para el autoempleo o para encontrar nuevos puestos de trabajo hasta la edad de jubilación, etcétera. Según el presidente de la Asociación de Castilla y León de Emigrantes Retornados, Alfonso de Barrio, más del 90% de cuyos afiliados son leoneses, los antiguos emigrantes de los años sesenta y setenta están regresando ahora a la provincia después de tres décadas o más de duros trábajos en el extranjero sin apenas apoyos oficiales para reintegrarse en sus antiguas comunidades. Según De Barrio, la inmensa mayoría de los que ahora vuelven y que comienzan a organizarse en asociaciones para la defensa de sus intereses -la de León se fundó hace apenas un año- proceden de países como Suiza, Francia, Alemania y Holanda, con una situación económica relativamente desahogada, aunque otros han tenido peor suerte: aproximadamente una décima parte de ex emigrantes llegan desde Argentina y Uruguay, entre otras partes de Latinoamérica, huyendo de la crisis económica de la zona, apenas con lo justo para coger el avión de regreso y sin haber cotizado allí para ningún tipo de prestaciones de Seguridad Social, ya sean de carácter sanitario o de pensiones de jubilación. Asesoramiento La edad media de los antiguas emigrantes que retornan a León es de aproximadamente 55 años desde los países euroeos y de 40 años o menos desde Hispanoamérica, aunque en éste último caso suelen llegar familias enteras en bloque, padres e hijos, esgrimiendo para su vuelta a España la doble nacionalidad. En todos los casos, sin embargo, se encuentran con un problema común: cómo asesorarse sobre sus derechos en materia de Seguridad Social, dados los diferentes convenios bilaterales entre España y cada país de procedencia. «Es difícil, por ejemplo, saber a dónde hay que dirigirse para convalidar las cotizaciones por atención sanitaria o las de pensiones de invalidez, de modo que son frecuentes los casos de personas que, al llegar, tienen que pagar noventa euros mensuales para tener garantizada la asistencia médica de sus familias, algo que no sucede con los inmigrantes que ahora aterrizan en España». «Algo parecido», se añade, «pasa a la hora de matricular a un niño que tiene problemas para desenvolverse en el idioma español, porque nació fuera de aquí aunque sus padres sean leoneses o, incluso, como anécdota, para dar de alta en el ayuntamiento a un coche que traigamos de fuera, porque también se nos exige pagar un impuesto sobre vehículos extranjeros: esto último puede parecer una anécdota, pero está sucediendo de forma un tanto inexplicable». La ausencia de centros de información para emigrantes retornados es tal que hasta la propia Cruz Roja se dirige frecuentemente a la asociación leonesa para pedirle, a su vez asesoramiento, «un servicio que se está prestando ya y de forma muy satisfactoria en autonomías como Galicia, Extremadura o Andalucía, mientras que aquí hay un vacío total». La Asociación de Emigrantes Retornados de Castilla y León está atendiendo no pocas llamadas de paisanos que se interesan desde el extranjero sobre las condiciones en que también ellos podrían regresar, aunque, de momento, no se dispone de medios para atenderlas a todas: «ni siquiera tenemos un local como sede, que hemos pedido al Ayuntamiento de León, ni el personal jurídico, que también hemos solicitado a la Junta, de modo que así poco más se puede hacer».