Diario de León

El monarca intervino al mismo tiempo que el Ministerio del Interior sembraba las dudas sobre la autoría de los atentados

El Rey reclama «unidad» por encima de las diferencias para acabar con el terrorismo

Don Juan Carlos pide un esfuerzo extra a la sociedad para poner fin «a esta barbarie»

El rey compareció de riguroso luto para ofrecer su discurso

El rey compareció de riguroso luto para ofrecer su discurso

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«Mi rotunda y enérgica condena al brutal atentado y nuestro compromiso para la derrota final del terrorismo» FEDERICO TRILLO, ministro de Defensa Tenso y con una voz menos pausada de lo habitual, el Rey ofreció ayer una declaración institucional extraordinaria -algo inédito desde el golpe de Estado del 23-F- para reclamar la unidad de España como vía para acabar con el terrorismo. De riguroso luto, don Juan Carlos apeló a la «unidad, firmeza y serenidad por encima de las legítimas diferencias de opinión y en torno a la más firme voluntad de convivencia pacífica y democrática». Evitó hacer mención a la autoría del atentado y se limitó a hablar de terroristas, sin hacer alusión expresa a ETA. No en vano, a la misma hora, Interior sembraba las primeras dudas sobre la res-ponsabilidad de los ataques al anunciar que una de las líneas de investigación apuntaba a Al Qaida como la organización que está detrás de la colocación de las bombas. Apoyo moral Así las cosas, don Juan Carlos arrancó su intervención ofreciendo el «más profundo afecto y el de toda mi familia» a las víctimas y a los heridos: «Con todos querría fundirme en un abrazo cargado de consuelo y tristeza». E insistió en la necesidad de dar apoyo moral a todos los afectados. «Siempre estaremos con vosotros, con todos aquellos que sufren las consecuencias de una locura macabra sin justificación posible. Estos repugnantes aten tados sólo merecen la más enérgica y absoluta condena», subrayó. El monarca fue endurecien do la línea argumental de su discurso y trató de mostrar su cara más próxima a la sociedad española, al tiempo que exigía un castigo implacable para los autores. «Vuestro Rey -afirmó- sufre con vosotros, comparte vuestra indignación y confía en la fortaleza y eficacia del Estado de Derecho para que tan viles y cobardes asesinos caigan en manos de la Justicia, y cumplan en prisión todas las penas que los tribunales les impongan». Y manifestó su convicción de que serán apresados: «Habrán de dar cuenta de sus crímenes de forma irremisible». Insistió en la necesidad de coordinar todos los instrumentos del Estado en la lucha contra el terrorismo, «redoblando esfuerzos para terminar con esta lacra, contando con la acción policial, la labor de la Justicia y la cooperación internacional», quizás en alusión a la posibilidad de que el grupo islamista esté detrás de los trágicos atentados. Entrega solidaria El Rey destacó el comportamiento de los servicios públicos y los ciudadanos de Madrid, quienes, «siempre generosos, se han crecido en la tragedia para mostrar su entrega solidaria, su esfuerzo y colaboración». Y agradeció la respuesta de toda la sociedad: «La España de buen corazón ha vibrado una vez más ofreciendo su ayuda material y apoyo moral», matizó. Finalizó su discurso apelando a la fortaleza y madurez del Estado y el pueblo español. «El desaliento no está hecho para los españoles. Somos un gran país que ha demostrado con creces su capacidad para superar retos y difi cultades. En estas horas de inmenso dolor, los españoles estamos llamados, más que nunca, a reafirmar nuestra determinación de acabar con la violencia terrorista». Y concluyó con una sentencia: «Que no haya duda. El terrorismo nunca conseguirá sus objetivos, no conseguirá doblegar nuestra fe en la democracia, ni nuestra confianza en el futuro de España».

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