Aguas de León, S. A. toma su nombre del inicio del servicio
La empresa mixta que gestionará el servicio de abastecimiento de aguas del municipio se llamará Aguas de León, S. A. Con esta denominación no sólo se recupera el nombre original de un servicio que nació, legalmente, en 1922 con la ley que declaró de utilidad públicas las obras del servicio de aguas. También se «rescata» su carácter privado, aunque en este caso habrá una participación municipal en el accionariado. Es cierto que el 2 de abril de 1923 la corporación municipal otorgó una concesión a favor de Don Antonio García Ballesteros, pero poco después éste traspasó sus derechos a la sociedad anónima Aguas de León, cuyos principales accionistas eran los hermanos Guillermo, Ciriaco y Wenceslao Guisasola, que celebraban las juntas de accionistas en Oviedo. La cláusula 26 de la concesión permitió la operación. Esta empresa ofreció al Ayuntamiento, en febrero de 1926, ceder el negocio por 4.775.000 pesetas, según un escrito de la Cámara de la Propiedad Urbana de León que consideró «inaceptable la propuesta» porque «las obras ejecutadas son de propiedad municipal». La captación, de 200 litros/segundo, se realizaba en el río Torío, frente a los kilómetros 11 y 12 de la carretera de León a Collanzo. Al atravesar las tuberías por otros municipios se facultó al municipio a ceder el volumen máximo de agua de 5 litros/segundo para distribuirla entre Villaquilambre, Navatejera, San Feliz y las Ventas de Villasinta «como compensación por los daños de las obras». Municipalización en 1956 El Ayuntamiento tenía opción a la municipalización hasta el 2 de abril de 1926. El Archivo Municipal guarda numerosos documentos sobre la tramitación de la «recuperación» de la explotación del negocio de la traída de aguas, pero finalmente no debió producirse puesto que es el 1 de enero de 1956 cuando se pone en marcha el servicio municipalizado, en régimen de monopolio, del abastecimiento de aguas potables del término municipal de León. El «rescate» de la concesión administrativa supuso un desembolso de 13 millones de pesetas para el consistorio, además de otros nueve millones de pesetas para obras de ampliación. El 10 de enero de 1956 se constituye el consejo de administración. En 1957, se aprueba la primera modificación de tarifas desde que se había puesto en servicio la traída en los años 20. El Ayuntamiento afrontó el rescate en un momento en que realizaba obras para ampliar la captación y construir un nuevo sifón, así como una estación elevadora de aguas potables en la margen derecha del Bernesga y su red de distribución. Los barrios del Canario, Navatejera, La Vega y San Pedro carecían aún del servicio de agua corriente (en 1930 se instó a la empresa al «urgente abastecimiento» de la barriada de Santa Ana). Quedaron escritos muchos argumentos a favor de la municipalización del servicio: «Si queremos una amplia utilización de las aguas para servicios públicos, si aspiramos a acallar la inquietud de los vecinos (...) forzoso es que (nos hagamos cargo) de una verdadera obligación». El abastecimiento de aguas del río Luna se inaugura en los años 60 con depósitos en Oteruelo y la avenida de Asturias, que aporta otros 300 litros/segundo de caudal a la redpero en los años 70 ya se plantea la necesidad de ampliar de nuevo la captación. La traída del Porma, con un caudal de 500 litros/segundo, no se inauguró hasta 1992, siendo los veranos de los años 80 testigos de la «pertinaz sequía» en la red.