La «exclusiva» de Berlusconi

Un Maserati para pasearse por Roma y sin tráfico, instruidas azafatas para explicar los particulares de cada piedra o botellas de vino Magnun valoradas en 180 euros. Eso son algunos de los agasajos que recibieron ayer los líderes europeos que acudieron a la ceremonia constitucional romana. El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, echó la casa por la ventana para imprimirle sapore e pasione , que dirían los italianos, a una cumbre concebida a todo lo grande para entronizarle. El entorno de Il Cavalieri controló todos los detalles. El modisto Valentino diseñó los uniformes de las azafatas, mientras el arquitecto perso-nal del primer ministro, Mario Catalano, se encargaba de deco-rar los escenarios. También fue invitado a los fastos el cineasta Franco Zeffirelli, euroescéptico declarado, para supervisar cada ángulo y cada toma televisiva. Fotos en tiempo récord Hasta 4 millones de euros se gastó el Estado italiano en decorar la plaza del Capitolio, en la que se dejaron a pudrir 30.000 millones de flores traídas desde Holanda, país que ejerce la presidencia de turno de la Unión. Los medios informativos italianos estiman que el gasto total de la cumbre se eleva a 9 millones de euros, una cifra que posiblemente se hubiese gastado cualquier país europeo en hacer lo mismo o algo parecido. El último regalo a cada invi-tado, un álbum de fotos de la jornada reveladas en tiempo récord. Lo peor de todo es que al presidente del Consiglio, o sea, el propio Berlusconi, se le fue un poco la mano con la retransmisión de la ceremonia. Para empezar, optó por adjudi-car las imágenes, y lo hizo a la productora Euroscena, capita-neada por Luigi Sciò, un fiel suyo y fundador del imperio televisivo Mediaset. Después de la primera criba, Euroscena cedió las imágenes a la cadena pública RAI. Este gesto provocó una denuncia del sindicato de periodistas, que entiende que Berlusconi, con su larga mano, acabó por grabarse a sí mismo. Los besos de ZP Por lo demás, la cumbre de la Unión Europea ha permitido mostrar a un Rodríguez Zapate-ro más desenvuelto en la escena internacional, que regala sonrisas y se besa en la mejilla con el presidente turco, Tayip Erdogan. Todo un preludio de hacia dónde camina Europa.