Continúan desaparecidos el armador y un marinero del «Siempre Casina»

Los servicios de Salvamento Marítimo rastrearon ayer por la tarde un total de 830 millas en el mar y han inspeccionado diversas estancias del buque Siempre Casina sin que hasta anoche hubiesen localizado a los dos tripulantes que desaparecieron el martes en que naufragó el pesquero. La directora general de la Sociedad Estatal de Salvamento Marítimo (Sasemar), Pilar Tejo, apuntó anoche que se ha informado a los familiares de los marineros de las operaciones desarrolladas, que todavía mantienen los buzos en el interior del pesquero. Los equipos de salvamento, recordó la directora general, recuperaron ayer por la tarde las redes del pesquero en una zona próxima al hundimiento del buque, que habían sido cortadas para remolcarlo a una zona de poco calado para que los buzos pudiesen acceder al interior. Durante la jornada de ayer no dieron resultado las tareas de búsqueda por mar ni en el interior del pesquero de los dos marineros que permanecen desaparecidos, el patrón y armador, vecino de Burela, y un marinero peruano. El accidente se produjo el pasado martes a 21 millas de Ribadeo. De los nueve tripulantes del pesquero, de nacionalidades española, caboverdiana, senegalesa y peruana, uno de ellos, el hijo del patrón, fue encontrado en una balsa sano y salvo. Otros ocho marineros desaparecieron, aunque ayer fueron encontrados seis de ellos en el interior del buque. Tareas de rastreo Las tareas de rastreo se mantuvieron ayer por mar, en un área de 830 millas. Mientras, los buzos permanecieron desde la mañana inspeccionando el barco por si en él pudiese encontrarse alguno de los desaparecidos, especialmente el peruano Jorge Luis Peña Ormeño, porque, según el testimonio del único superviviente, su padre -el patrón del pesquero Gerardo Taboada-, se tiró al mar tras el suceso. Hoy, los buzos inspeccionarán la cámara de máquinas, los habitáculos de almacenamiento y probablemente volverán a estancias ya visitadas. Además, en el mar los efectivos rastrearán una zona más cercana a la costa puesto que los cuerpos podrían acercarse a ella dado el tiempo transcurrido desde el accidente. El Ayuntamiento de Burela decretó ayer tres días de duelo por la tragedia, en una jornada en la que la Casa Real transmitió su pesar a las familias de las víctimas. Los funerales El consistorio había organizado los preparativos para instalar en la nave de redes de la Cofradía una capilla ardiente, si bien no llegó a hacerse porque los allegados decidieron estar con sus seres queridos en la intimidad. Además, cada familia quiso mantener su credo religioso en las ceremonias, ya que hay católicos y musulmanes entre las víctimas. Los cuerpos de los dos marineros senegaleses permanecen en el hospital de Burela, en espera de que se resuelva la tramitación burocrática para la repatriación y de que esta noche llegue a la villa un representante del consulado de su país. Mientras, los familiares de los tres peruanos que formaban parte de la tripulación llegaron este mediodía a Burela, visiblemente cansados de un viaje de veinte horas desde Lima, vía Madrid y, desde Santiago hasta la Mariña lucense, en una día con dificultades de circulación en las carreteras gallegas, con nieve y lluvia. Tras permanecer en la Cofradía de pescadores, los familiares de los marineros peruanos, la mayoría de ellos mujeres, algunas de ellas exhaustas y hasta con dificultades para andar, decidieron acudir a descansar a la Casa del Mar, adonde serán trasladados los cuerpos de los tripulantes fallecidos de esa nacionalidad.