El Cabildo regaló el reloj al anticuario porque era un «estorbo» para la Catedral

El propietario del negocio de antigüedades en cuya página web apareció a la venta una esfera del reloj de la Catedral de León, declaró ante la policía que el administrador de la institución le dio permiso para que se llevara la pieza «y así quitáis de ahí ese estorbo, porque tarde o temprano lo tirarán, por lo mal que está». El asunto fue denunciado hace dos semanas, cuando en una inspección rutinaria, miembros de la Policía Judicial encontraron en una página web de una tienda de antigüedades un anuncio, por el que se ponía a la venta la pantalla del reloj que lució la Catedral hasta 1992, cuando fue sustituido por el que existe en la actualidad. El precio de salida al que se ofertaba la pieza era de 15.000 euros. Realizadas las correspondientes diligencias, la Guardia Civil procedió a comunicar los hechos ante la delegación territorial del a Junta de Castilla y León, ante la posibilidad de que pudiera tratarse de un delito. Los responsables de la administración territorial consideraron que pudiera resultar incluso fraudulento quedarse con el artículo en depósito. Su destino final fue el Museo de la Catedral, donde permanece desde entonces. En la declaración firmada que fue registrada el pasado 14 de abril ante los efectivos policiales que seguían el caso, el investigado afirma: «Hace años, me dieron la oportunidad de que me quedara con una esfera de un reloj que se encontraba desde hace mucho tiempo en el patio de la Escuela Taller de Piedra de San Isidoro. En aquella época, el director del Museo de la Catedral me contrató para retirar un artesonado que estaba en San Isidoro, y llevarlo al Seminario Mayor». Estorbaba para trabajar «Entonces, el maestro de la piedra de la Escuela Taller de San Isidoro, nos dijo que si no nos llevábamos también ese armazón de madera. Yo contesté que no teníamos ninguna orden de llevarlo, con lo cual me contestó que miráramos a ver, porque ya se lo había dicho muchas veces a la Catedral, ya que les estorbaba para trabajar. Entonces dije que haríamos lo que pudiésemos». «Una vez que llevamos el artesonado al Seminario Mayor, mandé a un hijo mío a que fuese a hablar con el director del Museo de la Catedral, pero no lo encontró, por lo que fue a la oficina de la Catedral y se lo dijo al administrador». Precio aproximado «Este le dijo que cuánto le cobrábamos por quitarlo de allí. Le dijo un cantidad en pesetas. Entonces respondió: «Pues no me cobréis nada y lleváoslo para vosotros, y así quitáis ese estorbo, porque tarde o temprano lo tirarán por lo mal que está. Con lo cual, ese mismo día, por la tarde, volvimos a San Isidoro, a cargar dicho armazón, que se desarmó parte del mismo, porque pesaba unos 400 kilos aproximadamente y el maestro y el alumno nos ayudaron a cargarlo. Después lo volvimos a montar, y restauramos el 50% del mismo, y hasta actualmente, no se volvió a tocar y lo hemos conservado». «Claro, después de tantos años, que nos lo dieron para nosotros, no íbamos a pensar que pasara esto, y de haberlo sabido, hubiera sido mejor que se hubiesen desecho de él como tenían pensado. Lo que quiero decir es que, si no es por nosotros, no existiría actualmente, con toda seguridad». La declaración se acompaña del nombre, la dirección y el número de teléfono de la persona a la que se investigó inicialmente por este asunto, así como un sello de registro con su cita de entrada, que refleja que la actuación en cuestión tuvo lugar el día 14 de abril pasado, hace dos semanas. «El reloj estaba hacía ya mucho tiempo en el patio de la Escuela Taller de piedra de San Isidoro» «Después de tantos años no íbamos a pensar que pasara esto; mejor que se hubiesen desecho de él» «Si no es por nosotros, el reloj no existiría actualmente, seguro» EL ANTICUARIO Extraído de su declaración