Una manifestación con mucho ruido

DESDE su convocatoria, ya hace algunas semanas, la manifestación o movilización de hoy en el centro de Madrid ha sido una preocupación constante, probablemente creciente, para el Gobierno de Zapatero, consciente de que no escuchará precisamente elogios a su tarea... Recuérdese que la convocatoria se produce como reacción contra la iniciativa del Gobierno y del PSOE de solicitar autorización del Congreso de los Diputados para dialogar con la banda terrorista ETA. La iniciativa del Gobierno y sus socios, que dejaron en soledad al PP después de que su dirigente máximo, Mariano Rajoy, hubiera llegado a denunciar la «traición a las víctimas del terrorismo» por parte de Rodríguez Zapatero, es contestada por igual por la Asociación Víctimas del Terrorismo y por el PP, que en los últimos tiempos son siglas paralelas o complementarias en la actitud contra la política gubernamental en esta materia. El eslogan que este grupo de víctimas viene empleando, y se supone que utilizarán en el curso de la manifestación, es perfectamente claro y contundente: «No en mi nombre», proclaman, para manifestar su tajante desautorización de cualquier contacto, diálogo o negociación del Gobierno representante de los ciudadanos con la banda asesina causante de más de ocho centenares de muertos en los cuarenta años de actividad de ETA. Se calcula que serán varios centenares de miles los ciudadanos que coincidirán en el recorrido que proponen los convocantes, y ya se ha anunciado la participación de los principales dirigentes del PP así como la ausencia de miembros del Gobierno, dirigentes socialistas, dirección de la Asociación de Víctimas del 11-M, o del alto comisionado para las víctimas del terrorismo, Gregorio Peces Barba, que ha explicado que no tendría sentido su participación, como alta representación del Estado, en una manifestación que se propone rechazar una decisión adoptada por el Parlamento con el voto mayoritario de los representantes de la ciudadanía. Entre las propias víctimas o familiares de víctimas del terrorismo se produce una clara división de opiniones: mientras algunas de ellas argumentan que el Gobierno «no está para ceder ante los terroristas, sino para derrotarlos» , otros sostienen que «las víctimas no pueden orientar, y mucho menos secuestrar, la política antiterrorista del Gobierno». Sin duda se podrán escuchar voces muy airadas contra el Gobierno de la Nación.