Prisiones calcula que la población reclusa crecerá un 15% en el 2006

La Dirección General de Instituciones Penitenciarias prevé un incremento de la población reclusa superior al 15 por ciento en los próximos cuatro años, y cercano al 7 por ciento para 2012. El constante ingreso de extranjeros en las cárceles, cuyo número se dobló en el último lustro, provocó que el número de internos superara en mayo los 60.000 por vez primera en la democracia. Salvo que reformas legislativas lo impidan, la población reclusa rondará los 70.000 individuos en el 2009. La directora general de Prisiones, Mercedes Gallizo, explicó ayer en el Congreso de los Diputados que la presencia cada vez mayor de extranjeros plantea ya «problemas de tratamiento, atención y asistencia individualizada e integración». Al tiempo, señaló, han aparecido nuevas patologías de la salud, propias de sus países de origen. Según el último estudio del Ministerio del Interior sobre población reclusa, de los 13.047 presos que entraron entre el 2000 y el 2004 en cárceles administradas por el Gobierno central, 7.024, el 55%, eran inmigrantes. Gallizo subrayó que el encarcelamiento de numerosas personas relacionadas con el fundamentalismo islámico requirió la habilitación en las cárceles de módulos especiales de custodia «con capacidad para la dispersión de reclusos penados por delitos violentos asociados a esa concepción religiosa». El grupo mayoritario de presos es el conformado por personas de entre 30 y 40 años, cuya actividad delictiva se inició por el consumo de droga. El deterioro de salud de algunos de ellos es «evidente y progresivo, con independencia de la alta calidad de los servicios sanitarios en los centros penitenciarios», aclaró Gallizo. En los últimos años aumentó la cifra de presos vinculados al crimen organizado internacional y el de penados por delitos contra la libertad sexual y violencia de género. La directora de prisiones dedicó parte de su comparecencia a explicar las muertes acaecidas en centros penitenciarios. Según los datos que maneja, en los primeros cinco meses del 2005 se dejaron la vida entre sus muros 91 personas. De ellos, 35 murieron por «causas naturales», 15 por VIH/Sida, 18 por suicidio y 12 por drogas.