Diario de León

El sumario recoge que golpeó con las dos porras antirreglamentarias al fallecido

El teniente de Roquetas dice que actuó para «defender» a su agente

El militar afirma que Juan Martínez estaba fuera de sí y que podría estar bajo efectos de la droga

Un lazo negro pende de un poste frente al cuartel de la Guardia Civil de Roquetas de Mar

Un lazo negro pende de un poste frente al cuartel de la Guardia Civil de Roquetas de Mar

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efe | almería

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El teniente del cuartel de Roquetas de Mar imputado, junto a otros ocho agentes, en la muerte de Juan Martínez Galdeano sostiene que intervino para «defender a su gente» de la reacción, «fuera de sí», de la víctima, a la que «directamente» no golpeó «ni una vez». Según informaron fuentes próximas al teniente, J.M.R., de 29 años, su primera intervención se produjo al percatarse, desde su casa ubicada en el cuartel -no estaba de servicio-, de un altercado entre varios agentes y la víctima, por lo que bajó desarmado y de paisano y, «sin emplear medios», convenció a Martínez Galdeano, «tras cruzar unas palabras con él», para que entrara a las dependencias. Los agentes pretendían que la víctima accediera a las dependencias porque había quedado detenida por resistencia a agentes de la autoridad, ya que momentos antes había ofrecido resistencia, aunque «relativamente breve», hacia algunos guardias, a los que causó «lesiones leves». La víctima accedió y el teniente, «al ver la situación controlada», según las fuentes, decidió regresar a su casa, si bien media hora después escuchó «un follón más fuerte» y se percató, desde la ventana de su vivienda, de que los guardias intervinientes en ese momento, al parecer cuatro, «no podían defenderse» dada la «fortaleza física» de la víctima, que parecía «fuera de sí». «Más que justificado» Al percatarse de que una guardia «sangraba» y otro de los agentes había sido mordido por la víctima, el Jefe de la Unidad consideró «más que justificado» intervenir de nuevo, ya que tres de los agentes participantes estaban «inutilizados» por las lesiones. En esa segunda intervención, el teniente bajó de nuevo al patio del cuartel desde su casa, donde «sólo dispone de un arma de fuego», único medio reglamentario que puede poseer, y que no consideró «ni oportuno ni conveniente» llevar consigo, precisaron las fuentes. Sí decidió llevar consigo una porra extensible, con la que dio a la víctima «ligeros puntazos», y otra eléctrica con la intención de emplear ambas de forma «intimidatoria». El teniente utilizó ambos instrumentos -antirreglamentarios- «alternándolos y nunca simultáneamente», precisaron las fuentes. La porra eléctrica la aplicó de forma «intimidatoria» sobre las piernas de la víctima, que en ese momento ya estaba esposada, y «como defensa a las patadas que lanzaba en todas las direcciones». La porra eléctrica «no funcionaba apenas» y su potencia era «mínima», por lo que «ni siquiera hacía efecto» ni dejó «marcas» a la víctima, a quien «la fuerza que se le aplicó» durante toda la intervención fue «como reacción a su actitud», que podía estar motivada por «el consumo de drogas», consumo que, según las fuentes, admitió el detenido. Aviso al 061 La primera llamada realizada por el cuartel de Roquetas de Mar al Centro de Coordinación del 061 se produjo una hora después de que Juan Martínez Galdeano acudiera a las dependencias de la Guardia Civil, donde murió por la presunta agresión de nueve agentes. Así lo manifestó el abogado de la acusación, José Ramón Cantalejo Testa, basándose en el informe elaborado por el Centro de Coordinación del 061 -que consta en el acta sumarial del caso- sobre la intervención de los servicios de emergencia el día de los hechos. En ese informe, se fija a las 17.25 horas la primera llamada recibida por el Centro de Coordinación del 061, cuando la llegada de Juan Martínez Galdeano al cuartel, al que acudió para pedir auxilio tras ser perseguido por miembros de una familia con la que tuvo un altercado relacionado con un incidente de tráfico, consta que se produjo a las 16.30 horas, explicó el letrado.

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