Marruecos mantiene en secreto el destino de la caravana de «ilegales»

La caravana de autobuses que transporta a los inmigrantes indocumentados detenidos la semana pasada por la policía marroquí se encuentra ya camino de Mauritania. El convoy está compuesto por unos 40 vehículos procedentes de Tanger, Nador y Bouarfa, a bordo de los cuales viajan unos 1.500 subsaharianos. Según Médicos Sin Fronteras (MSF), la primera columna ha sobrepasado ya la ciudad marroquí de Agadir en dirección al Sáhara Occidental. A esta avanzadilla están siendo incorporados sobre la marcha alrededor de 300 inmigrantes de distinta procedencia -Ghana, Camerún, Costa del Marfil, Liberia, Niger, Nigeria- que fueron abandonados en la frontera sureste con Argelia tras ser apresados frente a la valla de Melilla. En dicho grupo hay una docena de mujeres, dos de ellas embarazadas, y un niño. En la zona que ocupaban han quedado abandonados gran cantidad de efectos personales de los inmigrantes y buena parte de la ayuda que MSF les prestó horas antes, lo que indica que el desalojo pudo producirse por la fuerza, según la oenegé. Las condiciones del viaje son infrahumanas: hacinados en los autocares, esposados de dos en dos y sin comer ni beber durante todo el trayecto, que para algunos dura ya 48 horas. SOS Racismo asegura que en los últimos días han muerto al menos cuatro de estos indocumentados, y que helicópteros del ejército marroquí llegaron incluso a abrir fuego en el desierto en dirección a los lugares donde había grupos de inmigrantes para obligarles a ir hacia el sur. El Gobierno marroquí niega todas las acusaciones. Rabat anunció el sábado su intención de reunirlos para después repatriarlos a sus países. SOS Racismo dice que eso es «imposible» porque Marruecos sólo tiene acuerdos de devolución con Senegal y Mali. Teme que Rabat vaya a abandonarles o a forzarlos a salir del país hacia Argelia o Mauritania. La «limpieza», dicen, afecta también a personas documentadas y a demandantes de asilo. El destino final de los sin papeles sigue siendo incierto. Según el encargado de asuntos consulares de la embajada de Guinea Conakry -uno de los diplomáticos que se han desplazado hasta la zona y al que tuvo acceso Diario de León-, podrían ser dispersados en un área muy amplia entre el Sahara Ocidental y las fronteras de Argelia y Mauritania. Minas anti-persona Médicos Sin Fronteras y SOS Racismo temen que los inmigrantes sean conducidos tras los muros de defensa levantados hace décadas por Marruecos para impedir los ataques del Frente Polisario, cuyos campamentos se encuentran al otro lado, en el Sáhara argelino. Esta zona, después de haber vivido largos años de guerra entre Marruecos y la organización independentista, se encuentra densamente poblada de minas anti-persona y no se permite el acceso, con lo que el riesgo es evidente para cualquier que penetre la franja. Otra de las hipótesis es que se intente llevar a toda esta gente a la frontera con Mauritania, manteniéndose aquí también el elevado riesgo de una zona minada y alejada de los ojos de los medios de comunicación. SOS Racismo y Women's Link World Wide creen que Marruecos podría haber detenido a unos 3.500 inmigrantes subsaharianos en los últimos días. Además de la caravana, entre los pasados 1 y 5 de octubre fueron expulsados otros 2.500 extranjeros, según estas organizaciones.