Diario de León

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Una?pareja?bendecida por el agua Protagonista también en Europa

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P. de Las Heras - madrid efe | madrid

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La lluvia, símbolo de buenos augurios, ha acompañado a los Príncipes de Asturias en los momentos más importantes de su vida. Jarros de agua cayeron el día de su boda y jarros de agua saludaron, en plena época de sequía, la llegada al mundo de su primogénita. Agua de vida que dará suerte a una pareja que impuso su amor a las tradiciones y a las estrictas normas de las casas reales. Don Felipe parecía destinado a un matrimonio de conveniencia con una joven de sangre azul. Ella soñaba con una exitosa carrera informativa en la televisión. Pero la voluntad del príncipe se impuso a las normas tácitas de la monarquía y cambió los sueños de Letizia, una chica de clase media, nacida en Oviedo en 1972, de madre enfermera y padre periodista. El príncipe siempre dijo que se casaría por amor y esperó a los 36 años, tras varias relaciones fallidas -en el recuerdo quedan Isabel Sartorius, Gigi Howard y Eva Sannum--para cumplir su promesa. Su elección provocó todo tipo de reacciones. Ahora, la tormenta desatada por el anuncio de su matrimonio parece algo lejano. Los príncipes de Asturias son una pareja asentada y feliz. Dicen quienes la conocen que doña Letizia es todo un carácter. Que siempre fue una mujer metódica y perfeccionista y que su obsesión por tenerlo todo controlado le ha jugado alguna mala pasada en su aún breve aprendizaje como futura reina. Algunos episodios -su resuelta actitud durante la pedida de mano, aquel 6 de noviembre de 2003, o el desmentido remitido a la prensa sobre su presunta anorexia, meses antes de quedar embarazada- han contribuido a alimentar esta fama. Una vez desapareció la presión mediática por la obligación de engendrar un heredero, sin embargo, las referencias a su personalidad calculadora han ido remitiendo. También ha quedado atrás la percepción de que el príncipe era algo frío. Su matrimonio ha permitido a los españoles conocer su lado más humano y cariñoso. Objeto de todas las miradas desde su nacimiento en 1968 y más aún desde que a la muerte de Franco en 1975 España se convirtió en una monarquía constitucional y su padre asumió la jefatura del Estado, don Felipe ha recibido una educación exquisita, es el primer heredero con título universitario, ha tenido formación militar, domina varios idiomas y conoce en profundidad las instituciones españolas y europeas. Y de su padre ha aprendido el resto de las materias que le serán necesarias algún día para asumir la Corona. Pero en el último año ha ofrecido, sobre todo, una imagen de hombre enamorado. Millones de ciudadanos lo escucharon decir arrobado hace ya dos años algo que nunca imaginaron: habló de «lo feliz» que le hacía Letizia y del «profundo amor» que sentía por ella. Desde entonces las muestras de cariño que se han profesado ambos en sus viajes personales y en las apariciones públicas de corte más informal han sido constantes. Tanto como rectas sus comparecencias institucionales. Los Príncipes de Asturias participaron ya como novios en algunos actos oficiales, pero ha sido a lo largo de este año cuando han prodigado su presencia en viajes al extranjero o actos nacionales. Doña Letizia ha aprovechado para aprender el oficio de princesa y don Felipe ha confesado sin rubor que desde que su esposa está a su lado sus compromisos han adquirido otra dimensión y son ahora más agradables. Casi quinientos días después ya son muchos los que afirman que, como los Reyes, Felipe y Letizia son una pareja de profesionales. La llegada de Leonor, nacida bajo un signo astrológico de agua, ha completado la felicidad de la pareja. «Lo más bonito que le puede ocurrir a alguien en la vida», como dijo don Felipe. Los principales medios europeos recogieron ayer la noticia del nacimiento de la Infanta Leonor y destacaron que el hecho de que la primogénita del Príncipe de Asturias sea una niña pone sobre la mesa la necesidad de reformar la Constitución para igualar los derechos de varones y mujeres en la sucesión a la Corona. El diario francés Le Monde llevó la noticia a su portada. El vespertino se pregunta si «la Infanta Leonor será la primera mujer en reinar en España desde Isabel II». «Si un día accede al trono, será sin duda bajo la presión popular», asegura el primer periódico galo, que se hace eco de la polémica sobre la necesidad de un cambio constitucional para que la recién nacida pueda reinar, en caso de que después tenga un hermano. Le Monde también ironiza sobre la «prensa del corazón, que creía saber en los últimos días que el bebé sería niño». Las radios y televisiones públicas francesas despacharon en cambio la noticia en algunos segundos. Por su parte, los medios italianos destacaron ampliamente la noticia del nacimiento de la hija de los Príncipes de Asturias y subrayaron la noticia acerca la reforma constitucional. Los medios se hicieron eco con todo detalle de las declaraciones del Príncipe Felipe tras el nacimiento de su primogénita y los pormenores del nacimiento, así como que será bautizada con el agua del Rio Jordán. En Bélgica, el nacimiento de la infanta Leonor fue noticia de primera página de las ediciones electrónicas de los principales periódicos durante la mañana, aunque después quedó relegada a la sección de internacional. El rotativo holandés Volkskrant subraya que la infanta Leonor «tiene la oportunidad de ser la primera princesa que tenga los mismos derechos que un varón». «El Gobierno socialista tiene un proyecto para anular la regla según la cual los hombres tienen prioridad en la sucesión», dice. La BBC recogió la noticia de manera notable.

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