Vukotic asesinó a un defensor de los derechos humanos que tenía pruebas contra el ex presidente
Detenido en Barajas un testigo clave en el juicio contra Milosevic
Llevaba 16 años fugado y portaba pasaporte y permiso de conducir falsos cuando fue arrestado
Veselin Vukotic, considerado un testigo de cargo clave en el proceso que se sigue en el Tribunal Penal Internacional contra Slobodan Milosevic, fue detenido el pasado fin de semana por la policía española en el aeropuerto de Barajas. Este montenegrino de 47 años está acusado del asesinato de Enver Hadri, responsable de la Defensa de los Derechos Humanos en la antigua Yugoslavia, ocurrido el 25 de febrero de 1990 en Bruselas. Cuando Hadri fue tiroteado en su vehículo desde otro coche por tres individuos, entre ellos Vukotic, llevaba documentos que implicarían al ex presidente yugoslavo en un buen número de asesinatos, que algunas fuentes cifran en 34. Los otros dos autores del crimen fueron, a su vez, asesinados, uno en 1990 y el otro en 1995. Además de la Orden Europea de Detención y Entrega emitida por las autoridades judiciales de Bélgica por este crimen, sobre él pesaba otra orden internacional de Serbia Montenegro, por otros dos homicidios cometidos tras sendos tiroteos en dos discotecas yugoslavas. Vukotic fue arrestado en la terminal T-4, a su llegada de un vuelo procedente de París, junto a su mujer y sus dos hijas. Portaba pasaporte y permiso de conducir croatas, a nombre de Ludvig Bulic, pero a pesar de la excelente falsificación no pudo engañar a los policías, que le seguían la pista y le esperaban en el aeropuerto. Se ponía ponía fin así a 16 años de fuga, en los que Vukotic ha estado utilizando decenas de identidades falsas para pasar inadvertido en los distintos países europeos e hispanoamericanos por los que ha viajado. El presunto asesino se alojaba en hoteles lujosos, sin que se sepa cómo conseguía la financiación. El juez Fernando Grande-Marlaska envió a prisión al detenido mientras se tramita su entrega a Bélgica o Serbia. Vukotic, considerado testigo de cargo clave en el proceso contra el presidente yugoslavo Slodoban Milosevic, negó ante el juez todos los hechos que se le imputan y dijo que no quería ser entregado a ninguno de los dos países donde está reclamado.
