Diario de León

Carteras, llaves, muestrarios de joyas, bolsos, maletas, gafas de lujo, prótesis dentales y hasta piernas ortopédicas

Casi un millar de objetos perdidos esperan a su dueño en la Policía Local

Los móviles y las tarjetas de crédito son ahora los bienes en depósito de más valor

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Antonio Núñez - león
León

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«Aquí reaparecen carteras con documentos, pero sin dinero, y que habían desaparecido en Asturias; o al revés» MIGUEL AMIGO , encargado de la Oficina Municipal de Objetos Perdidos La calle es un bazar donde se puede encontrar casi de todo al cabo del año, según la Oficina Municipal de Objetos Perdidos: aproximadamente 800, sin contar los que no se devuelven. En más de un 50% de los casos de trata de carteras previamente desvalijadas, en otro 25% de llaves de todo tipo, tanto caseras como de automóviles de lujo, y el resto se reparte en una variada gama de cosas que cada cual puede clasificar a su antojo, según le cuadre: paraguas a barullo, gafas de son a elegir, maletas extraviadas en estaciones de Renfe o de autobuses, bolsos de señora en rebajas o mochilas que hacen el Camino de Santiago. Su valor no es cuantificable y todo lo que se encuentra acaba en el depósito municipal, donde lo que no vale se destruye y el resto, si todavía es útil, va a parar a entidades benéficas. Según el policía encargado de la Oficina Municipal de Objetos Perdidos, Miguel Amigo, en las estanterías ha habido de todo durante las dos últimas décadas, algo que corrobora el intendente jefe Martín Muñoz. Paraguas y llaves aparte -algunas de coches de lujo o de chalés con puertas blindadas, que cuesta muy caro recambiar- el armario de la Policía Local acumula en sus cajones y estanterías no pocas piezas raras, tanto por su valor como por la querencia que tienen o puedan tener para ellas sus antiguos dueños: audífonos y dentaduras postizas que suelen olvidarse en los servicios de bares y cafeterías, mantas de joyería con piezas de oro y piedras relativamente valiosas igualmente en barras de café, coches de niño en los parques cuando llega un padre o una madre conductora con prisa o, incluso, piernas ortopédicas al cargar o descargar a un pariente anciano en un parque para sacarlo o devolverlo a casa. Se tira o se queda Según Amigo, es difícil calcular lo que se recupera en la Oficina de Objetos Perdidos, «porque lo que no se devuelve simplemente se tira o se lo queda quien lo encuentra». Así es imposible hacer cuentas y todo lo demás es hacer elucubraciones: «encuentras unas llaves en la calle y las dejas tiradas para no complicarte la vida, o, si te rroban la cartera en algún mercadillo o aglomeración de Asturias es probable que recuperes la documentación aquí, pero sólo porque sin dinero la echaron a un buzón». El pasotismo ciudadano respecto a robos y pérdidas de objetos personales sorprende, incluso, a la policía. «Hay manojos de llaves enteros, algunos de los cuales corresponden a puertas de viviendas o vehículos muy caros, cuyas cerraduras hay que cambiar, y, sin embargo, quedan aquí hasta que después de dos o tres años se mandan destruír porque no aparece nadie que los reclame». Hacer ésto último es fácil: basta con denunciar lo que se ha extraviado, esperar y, cuando avise la policía, reconocer el objeto. Cada día se reciben en el cuartel de la Policía Local una media de cuatro visitas y no menos de una docena de llamadas telefónicas con la esperanza de localizar, llaves aparte, por las que casi nadie se interesa limitándose a cambiar de cerradura, las cosas más inverosímiles: peregrinos del Camino de Santiago -por ejemplo, una concejala de Burgos este verano una mochila con todo tipo de documentación- cochecitos o juguetes de niños que se olvida de recoger el padre en el parque, o un carné militar de una oficial de la Academia de Zaragoza y que ya no vivía allí: para localizarla en Tenerife hubo que llamar a su madre y al Ministerio de Defensa.

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