Diario de León
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efe | madrid

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El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, aseguró ayerque no leerá la biografía de la presidenta regional, Esperanza Aguirre, escrita por la periodista Virginia Drake, hasta después de las elecciones municipales y autonómicas del próximo mes de mayo. En respuesta a qué le parecen las alusiones a su persona y a su actuación política que aparecen en ese libro, Ruiz-Gallardón señaló que tenía un ejemplar «encima de la mesa», pero que ha decidido no empezar a leerlo hasta el 28 de mayo del año que viene. Las mismas fuentes indicaron que el alcalde de Madrid no acudirá a la presentación de la biografía el próximo martes y que ya ha excusado su presencia. En el libro se habla de Ruiz-Gallardón o se le menciona -muchas veces como Alberto - en 108 de sus páginas -más de una quinta parte del volumen, el doble que de Mariano Rajoy y cuatro veces más que del marido de Aguirre-. La parte en que se hace con más extensión es el capítulo IX, dedicado a la llegada de Aguirre a la Presidencia del PP de Madrid en noviembre del 2004. Un político de raza En ese enfrentamiento en clave interna del PP, indica Aguirre, «Alberto quiere hacer creer a todo el mundo que él representa el centrismo, y yo, lo más rancio y conservador de la derecha. Reconozco que Alberto es cojonudo. Tiene a los medios de comunicación en un puño, vive para esto, es un político de raza, incansable...». Continúa Aguirre explicando que no puede «estar de acuerdo con darles la píldora del día después a las niñas de 12 años, ni con la subida de impuestos... Nuestras diferencias son de concepción política, y yo entiendo que la de Alberto es conservadora. Lo que ocurre -añade- es que un día encargó una encuesta que le reveló que los madrileños eran de izquierdas, y se convirtió en el progre por antonomasia». Aguirre asegura que con Ruiz-Gallardón ha «coincidido muchísimas veces» en su carrera «y siempre hemos mantenido muy buena relación»; por ejemplo, en la época en la que coincidieron en el Ayuntamiento, a mediados de los 80, en la que eran «amigos incluso de hacernos confidencias». Dice también que todavía son amigos y que «en lo personal le tengo cariño», pero que «lo que ocurre es que no me gustan muchas cosas de las que hace en política; no creo nada en la política en la que te pones por delante de todo».

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