Las marcas de gama alta mantienen la demanda a pesar de la crisis del mercado

Sólo los vehículos de gama alta o de gran cilindrada, todos con precios muy millonarios, han mantenido en el 2007 cuotas de mercado similares a las del ejercicio anterior o, incluso, las han incrementado ligeramente, ajenos a todo tipo de crisis. Según el gerente de Lercauto (Mercedes), Luis de Rodrigo, sus ventas han repuntado casi un 2%, aunque reconoce «de oídas», que otras marcas han podido quedarse en la estacada de la crisis o, incluso caer. «Es posible que hayan bajado ese 5% o 8% que se dice, pero todo es cuestión de oferta y demanda, según qué mercado y, en todo caso, las cuentas que echan ellos me parecen más fiables que los números de matriculaciones de Tráfico». La crisis de las hipotecas no afecta a los clientes de Mercedes, como a los de otras marcas de alto precio, porque se supone que la clientela en vez de contratar hipotecas con bancos y cajas corresponde a la clase privilegiada que vende los pisos. En cuanto a perpectivas de futuro, se añade que la esperanza es que siga igual, aunque el conjunto del mercado automovilístico vaya a peor, «porque lo de la construcción es algo que todo el mundo veía venir. ¿Por qué se venden más coches en Levante que aquí? Es por lo de siempre. La economía de aquella zona lleva seis años creciento sin parar, mucho más que en otras zonas». «No es lo mismo» El gerente de Euromotor, Bienvenido Vizán (Audi) opina igual que sus colegas. Como en todas las marcas de gama alta, la suya ha incrementado las ventas hasta casi un 2% y confía mantener esta tendencia en el futuro, aunque no está seguro de poder continuar así en el futuro. La venta de coches caros y exclusivos no está afectada por el encarecimiento de las hipotecas, aunque sí otros de la misma fábrica. «No es lo mismo vender un Skoda en estos tiempos», dice reconociendo que en los coches baratos sí ha perdido clientela, como los demás colegas. Además de un saludable bienestar de sus particulares economías los clientes de marcas caras contaban con un buen aliciente para comprar el año pasado. A ellos les daba igual la desaparición de los planes Renove, que subvencionaban con 80.000 de las desaparecidas pesetas el achatarramiento de vehículos viejos por la compra de otros nuevos, pero no tanto la aparición del llamado «impuesto verde» que en las matriculaciones pretende sustituir al primero favoreciendo a los automóviles con menos emisiones de CO2 a la atmósfera. Aunque todos los fabricantes se esfuerzan en reducirlos, por una simple regla de tres beneficia a los coches de menor potencia desde el pasado uno de enero y penaliza proporcionalmente a los de gran cilindrada. La diferencia puede llegar hasta el 7% de las tasas de matriculación o, incluso, superarlas. eso lo explica todo.