Diario de León

Candidato del PP a la Presidencia del Gobierno

«Perdimos todas las encuestas estos años, pero ganamos las municipales»

El líder popular defiende que el domingo no se elige «entre derecha o izquierda» sino entre un Gobierno que «juega con fuego» y otro que «dé seguridad y no actúe a golpe de ocurrencia»

Rajoy asegura estar tranquilo y confiado ante la cita del domingo

Rajoy asegura estar tranquilo y confiado ante la cita del domingo

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Óscar B. de Otálora - gerona
León

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Mariano Rajoy cree que ha engordado un poco en los últimos día de campaña. «La ansiedad. A veces comes demasiado». Este miércoles, en Gerona, respondía a esta entrevista mientras su pequeño grupo de asesores -entre los que se encuentra el ex ministro José María Michavila- le facilitaban datos de última hora como que «Obama también ha citado a una niña». El aspirante, relajado, amable y con una sonrisa suave, está al tanto de la lesión de Messi en el partido del Barca contra el Celtic y de las portadas de periódicos catalanes. Al hablar de encuestas, comenta: «No contemplo otra posibilidad que el éxito», asegura. -¿Cree que hay tiempo para dar vuelta a la ventaja que las encuestas otorgan a los socialistas? -A lo largo de esta legislatura hemos perdido todas las encuestas. Sólo hemos ganado una. Y fue la única vez en la que todos los españoles fueron convocados a las urnas. En mayo del año pasado el PP ganó las elecciones municipales. Por lo tanto, yo estoy muy animado. -¿Cree que su discurso está haciendo mella en los indecisos? -Siempre hay indecisos y es imposible saber cuántos son. El voto del PP es muy fiel y el del Partido Socialista lo es menos. En el 2004, los socialistas recogieron apoyos de muchas personas cuyo único objetivo era que, como consecuencia de lo de Irak, el PP dejara el Gobierno. Pero lo que yo digo a todas esas personas es que cuatro años más del señor Rodríguez Zapatero suponen jugar con fuego en temas como la economía o la inmigración. Y hay muchas dudas sobre su concepto de España. La elección no es entre derecha o izquierda sino entre un Gobierno que dé seguridad y no actúe a golpe de ocurrencias. -¿Hay recetas para quitar el miedo a la derecha? -La estrategia del PSOE no es nueva, aunque ahora se ha extremado. Recordará que en 1996, después de unos gobiernos de González que estuvieron salpicados por una serie de acontecimientos -se acuñó el lema de paro, despilfarro y corrupción- el único gran argumento que pudieron esgrimir los socialistas fue el del doberman. Esta es la misma estrategia que se está utilizando ahora. El PSOE no hace balance de su gestión, que no lo tiene fácil, ni hace planteamientos de futuro. Únicamente dice: vótame a mí para que no gane el PP. -¿Cambiaría algo del debate del pasasdo lunes? -No debería haber entrado en el tema de Irak y el 11-M. No creo que me haya perjudicado, porque todo el mundo conoce cuáles son las posiciones. La gente lo que quiere es mirar hacia adelante y no le gusta que se vuelva a utilizar este asunto. Pero es verdad que me quitó tiempo para hablar de otras cosas. -Una campaña tan centrada en señalar los errores del contrario no concretar las propuestas... -Yo tengo que señalar los errores del contrario porque soy el aspirante. Pero creo que nosotros somos los que hemos hecho propuestas. -¿Es posible recuperar los consensos con Zapatero? -Ese tema es capital. Un país no puede vivir sin que sus habitantes estén de acuerdo en cuatro o cinco temas que son las reglas del juego. Es lo que se llamó el espíritu de la Transición. Eso se respetó hasta que llegó Zapatero. Y España no puede ser la consecuencia del pacto de un partido nacional y un partido nacionalista, por importante que sea. España tiene que ser la consecuencia de un pacto entre la mayoría de españoles y luego hay que intentar sumar al mayor número posible de partidos. -¿Pero ese pacto es posible con Zapatero? -Esta legislatura no ha sido posible. En el futuro es obligado. No podemos seguir así. -¿También pactos para reformas de la Ley Electoral? -Es imprescindible reformar la ley de las elecciones locales. No puede ser que personas que se han quedado a un escaño de la mayoría absoluta al final vean como la unión de tres o cuatro fuerzas políticas -vulnerando lo que es la voluntad de la gente- les deja fuera. Con respecto a la Ley Electoral General me gustaría decir otra cosa. Yo lo que haré será encargar un informe a un grupo de expertos y lo llevaré al Congreso. No como Ley, sino como informe para que se debata. -¿Ante el Plan Ibarretxe, cuál sería su fórmula? -Sólo le digo una cosa. Piense qué ocurriría en Alemania si Baviera anuncia que va a convocar un referéndum de autodeterminación. Sería una gran crisis nacional, pondría una espada de Damocles sobre la existencia de un país. Yo quiero decirles a las personas que votan al PNV que se lo piensen porque se pueden meter en un callejón sin salida. Un Estado moderno, en el año 2008, no puede aceptar que eso se pueda celebrar. Desconozco cuál sería el procedimiento. Lo primero sería hablar y hablar mucho. -Si necesita el voto de los nacionalistas para gobernar, ¿alcanzaría pactos con ellos? -Si el señor Zapatero cumple su palabra y yo ganase las elecciones, en ese caso yo gobernaría. El dijo que no formaría Gobierno si no vencía. Yo buscaría consensos con el PSOE y hablaría con todos aquellos partidos que compartiesen mi modelo de sociedad. -¿Estaría dispuesto a retirar el recurso de inconstitucionalidad contra el Estatuto de Cataluña? -No. Yo creo que los catalanes quieren un Estatut que sea constitucional. Y hay siete recursos, no sólo el nuestro. El del Defensor del Pueblo y el de algunas otras comunidades autónomas. Si yo retirase el recurso mi credibilidad y fiabilidad como presidente del Gobierno serían cero. -¿Qué haría como presidente si ETA le ofrece una tregua? -Lo mismo que hicimos en 1998. Decirle a los españoles: ETA nos ofrece una tregua. Hablaremos con el resto de los partidos y luego con ETA para decirle que no hay nada que hacer en el terreno de la política. La política la hacen los partidos y los ciudadanos, con el discurso y con el voto. Y si negocias políticamente con ellos, estás convirtiendo el asesinato en un instrumento hábil para hacer política. Y esto es inaceptable. La idea del pacto que firmamos el PP y el PSOE era transmitir a los terroristas un mensaje muy claro: «gobierne quien gobierne en España nunca se negociará de política con ustedes. Pierdan toda esperanza, porque esta batalla no la van a ganar». El drama fue que Zapatero rompió el pacto.

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