El mausoleo republicano, ya en obras, tendrá espacio para 1.873 identidades

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«Cómo vamos a olvidar», rezará el monolito informativo que el próximo día 12 abril será colocado en el sector del cementerio de León donde ya se han iniciado las obras de construcción del grandilocuente monumento que León tributará a los represaliados del franquismo, un conjunto cuya ejecución final está comprometida por la adjudicataria para el próximo mes de agosto.

La magnitud de los trabajos iniciales ha requerido la creación de accesos auxiliares al cementerio leonés, donde ya se están realizando los primeros movimientos de tierras para proceder al encofrado de los muros de hormigón gris que harán de fachada del monumento, un trabajo parcial que ha sido encargado a la misma firma que levantó las salas interiores del Musac. El proyecto, adjudicado por el Ayuntamiento de León en 203.420,80 euros, ha entrado en la calificación «K», que en construcciones y rehabilitaciones es la más alta, por lo que se ha perseguido atraer a las ofertas empresas de prestigio que garanticen un trabajo final «con buena cara», explicó el arquitecto y colaborador del Foro por la Memoria de León Óscar García Luna. Inicialmente, se invitó a participar a tres empresas: una declinó la oferta, otra recogió el pliego pero nunca más respondió y la tercera es la que se ha quedado con el proyecto contratado a través de los servicios funerarios de León (Serfunle). Se trata de Ceyd Construcciones, empresa de matriz asturiana con delegaciones en diferentes puntos de Castilla y León y que ya ha ejecutado en la capital leonesa obras como la remodelación de las avenidas de José María Fernández y de Cardenal Landázuri.

El memorial, que tendrá una enorme carga simbólica en muchos detalles, como que el número total de placas, que coincide con las cifras del año en el que se proclamó la I República (1873), consta de tres partes. Por un lado, la gran estructura de hormigón gris en forma de «V», que en su interior será forrada de láminas de madera de Ipe, como el suelo, sobre el que irán tres bancos «para descansar y reflexionar», indica García Luna. En las paredes irán colocadas las placas de metacrilato con las identidades de los homenajeados grabadas en tinta negra. La entrada al memorial se realizará a través de una rampa accesible para todos, aunque se ha decidido construir dos cerramientos de cristal para que finalmente el monumento no quede abierto al público en cualquier momento del año, como ya ocurre con los mausoleos privados del cementerio. Es una determinación preventiva ante los últimos actos vandálicos que han sufrido otros monumentos a las víctimas de la represión franquista.

El segundo elemento será una escultura de 7,5 metros de altura que se colocará en un extremo del memorial. Tendrá un tubo central de acero inoxidable y sobre éste se colocarán 192 barras de plexiglás de color banco hielo y tres más con los colores de la bandera republicana, conformando una especie de fuente que parte de un foso y culmina dos o tres metros por encima del muro.

Por último están las siluetas verticales de acero inoxidable que se colocarán en el exterior de los muros de hormigón, en una orientación que propiciará un inquietante juego de sombras sobre el hormigón gris.

La colocación del monolito tendrá lugar durante el acto organizado por el Foro por la Memoria de León para las doce de mediodía del próximo día 12, que coincide con la celebración del Domingo de Resurrección. El manifiesto será leído este año por el escritor Armando López Salinas, adscrito a la corriente del realismo social y, entre otras ocupaciones, corresponsal de Radio Pirenaica. Como en años anteriores, familiares de represaliados procedentes de muy diversos puntos del país, incluso del mundo, acudirán a una cita en la que, por cuarto año consecutivo, honrarán a los suyos sin el prometido monumento.