Diario de León

Elena Salgado toma el timón de la economía para dar un «cambio de ritmo» y un «nuevo impulso» en la lucha anticrisis

Zapatero revoluciona el gabinete para intentar combatir su fragilidad política

Trinidad Jiménez en Sanidad, el rector Gabilondo en Educación y la cineasta González-Sinde en Cultura, s

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Publicado por
Ramón Gorriarán
León

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madrid

Rodríguez Zapatero cerró la mayor remodelación de su Gobierno con el cambio de cinco ministros. Asumió que el gabinete carecía de enjundia política para afrontar la crisis, una carencia, dijo, ahora resuelta porque el nuevo equipo tiene «un gran peso político». Elena Salgado sustituye a Pedro Solbes al frente del área económica; Manuel Chaves asume una nueva vicepresidencia, la tercera, para coordinar la política territorial, y José Blanco releva a Magdalena Álvarez en Fomento, Hasta ahí lo sabido. Las novedades: el rector Ángel Gabilondo reemplaza a Mercedes Cabrera en Educación, Trinidad Jiménez sucede a Bernat Soria en Sanidad Políticas Sociales, y la cineasta Ángeles González-Sinde desplaza a Cesar Antonio Molina en Cultura.

El presidente hacía como quien oye llover ante las insistentes demandas, propias y ajenas, de un cambio de ministros que fuera un revulsivo para afrontar la crisis y superar la atonía gubernamental. Pero era consciente de que esas voces tenían, unas más que otras, sus dosis de razón porque los mimbres gubernamentales que había trenzado hace 361 días no servían para encarar una recesión y el aislamiento parlamentario. Faltaba pegada política, imagen de solvencia y coordinación. Y la respuesta fue la más amplia reestructuración del Ejecutivo de sus cinco años de mandato, y con nombres en absoluto anónimos.

Nunca hasta ahora los tres máximos dirigentes del PSOE se habían sentado a la mesa del Consejo de Ministros, y ahora lo harán. El secretario general es el presidente del Gobierno, el vicesecretario general ministro de Fomento y el presidente del partido es el nuevo vicepresidente tercero. Además, otros dos miembros de la ejecutiva federal comparten tareas gubernamentales: uno veterano, Alfredo Pérez Rubalcaba al frente de Interior, y una nueva, Trinidad Jiménez en Sanidad.

Además de reforzar el perfil socialista, Zapatero intenta taponar las dos vías de agua más evidentes, el agotamiento dePedro Solbes, al que, pese a todo, alabó su «inteligencia, tenacidad y dedicación», y la descoordinación territorial para afrontar con herramientas comunes la crisis. Para la primera tarea escogió a Elena Salgado, que ha demostrado «una extraordinaria eficacia en la gestión» en todas las tareas encomendadas.

La segunda pata de la remodelación descansa en el hasta ayer presidente de la Junta de Andalucía, el veterano Manuel Chaves, quien, según Zapatero, tendrá que trabajar de la mano de Salgado. La primera tendrá a su cargo la carpintería técnica de las medidas, y el segundo deberá coordinarlas con las autonomías y ayuntamientos para que el combate a la crisis no se convierta en una suerte de ejército de Pancho Villa en el que cada administración establezca sus prioridades sin una argamasa que dé sentido y coherencia a la batalla.

El tercer nombre de la remodelación ya conocido era el de José Blanco, y Zapatero lo ratificó. Su número dos sustituye a Magdalena Álvarez en Fomento.

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