Diario de León

Camps cita al comité valenciano para tratar de reorganizar su partido

El presidente del PP en Valencia quiere cubrir el hueco que ha dejado el cese de Costa por la trama Gürtel, a la que el PSOE no ha sacado aún rentabilidad en la comunidad

Camps conversa con los tenistas Robredo, Ferrero y Andy Murray en el Open 500.

Camps conversa con los tenistas Robredo, Ferrero y Andy Murray en el Open 500.

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colpisa | valencia

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El presidente del PP valenciano, Francisco Camps, ha convocado hoy una reunión urgente de la ejecutiva nacional para tratar de cubrir el hueco provocado por el cese del secretario general, Ricardo Costa, con la elección de un sustituto. El también jefe del Gobierno autonómico quiere parchear la crisis de la organización en Valencia antes de viajar a Madrid el martes para asistir a la reunión del comité nacional del partido, la ejecutiva en la que Mariano Rajoy quiere terminar con las especulaciones sobre su liderazgo y poner orden en las batallas internas que han desestabilizado a los populares. La dirección nacional le dejó claro que tiene acudir con los deberes hechos.

La tarea de Camps, muy debilitado por sus vinculaciones personales y los de su entorno con el escándalo Gürtel, tendrá que llegar a algún tipo de pacto con los líderes provinciales del PP en la Comunidad para la designación del nuevo número dos. El presidente popular alicantino, José Joaquín Ripoll, ya le avisó el sábado que no permitirá una elección sin consenso.

El PSOE no aprovecha. Ni con el Partido Popular embarrado hasta las cejas en guerras intestinas y escándalos de corrupción encuentra el PSOE el modo de apuntalar una alternativa creíble en Madrid y Valencia, sus dos plazas más adversas desde hace al menos tres lustros. La ilusión generada por la renovación de los liderazgos el pasado año se ha consumido poco a poco. Al secretario general de los socialistas valencianos, Jorge Alarte, no le conoce en su tierra ni el 20% del electorado. El que fuera el alcalde más votado de Parla y de España, Tomás Gómez, apenas concita ya entusiasmo en la ejecutiva federal. Todo ello contribuye a unas expectativas de voto poco alentadoras. Las encuestas internas del PSOE otorgan al PP dos puntos de ventaja en unas hipotéticas elecciones generales. Son siete décimas menos que en la última oleada, pero aún una distancia considerable.

La trifulca entre aguirristas, gallardonistas y marianistas a cuenta de los nombramientos en Caja Madrid abre, a ojos de algunos dirigentes del partido, una nueva oportunidad para crecer en Madrid.

Aseguran que los sondeos que maneja el vicesecretario general, José Blanco, evidencian que el principal partido de la oposición se resiente más de las divisiones internas que de la trama Gürtel. Aunque también admiten que la corrupción retrae más a sus electores que a los del PP, parta de donde parta.

El caso es que la fe en las habilidades de Gómez y Alarte para rentabilizar la situación es limitada.

Los pésimos resultados cosechados en estas dos comunidades durante las europeas del 7 de junio dan prueba de lo verdes que están las cosas. Tras la debacle, la secretaria de Organización del partido, Leire Pajín, anunció sendos planes estratégicos de los que no se ha vuelto a oír a hablar.

La incapacidad para remontar el vuelo en dos plazas que antaño -”durante los ochenta y primeros de los noventa fueron auténticos feudos socialistas no es menor. Mientras la posición del PSOE en Andalucía y Cataluña ha sido hegemónica había un colchón. Pero las cosas están empezando a cambiar.

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