Historias de color dorado

Astorga es el punto de inicio y final de la Ruta del Oro. Tras salir de la capital maragata con destino a Castrillo de los Polvazares, pasando por Murias de Rechivaldo, se llega Rabanal Viejo, dónde se encuentra la primera de las explotaciones que se puede visitar. Por la carretera recorremos algo más de un kilómetro hasta ver una pista de tierra a la derecha. La seguimos y apenas a 500 metros se encuentra la Fucarona. De regreso al cruce y hacia Rabanal del Camino, además de su iglesia de origen templario y de sus ermitas, se puede observar una profunda corta minera, en la salida hacia Foncebadón, probablemente asistida por los canales se observan en el alto y por la fuente cercana. Desde lo alto de este puerto se contempla el paisaje de la Maragatería hacia el este y del Bierzo hacia el oeste. El recorrido continua en dirección contraria, girando a la derecha para llegar a Turienzo de los Caballeros dónde hay restos de explotaciones mineras intensivas (Las Médulas del Puntón y La Laguna Cérnea), otras menores que podrían tener origen romano (La Pedrera) e incluso algunas previas a esta época. Es indispensable la visita a la Torre de los Linajes (siglo XV), declarada Monumento Nacional. Antes de parar en Santa Colomba nos acercamos a Pedredo, situado en el kilómetro 33 del recorrido. Allí se encuentra La Corona, el segundo de los asentamientos visitables. De origen astur y reutilizado por los romanos, conserva el circo de explotación hacia el cauce del río Turienzo. Retornando por la misma carretera y a escasos 200 metros, está ubicada a la izquierda una laguna formada artificialmente como consecuencia del material de los limos sedimentación. En Santa Colomba merece la pena visitar sus calles y la casas, con bonitas galerías. En dirección a Lucillo hay que detenerse en el Alto de Muga, en el kilómetro 40 de la ruta, dónde la vista de la maragatería es excepcional. Lucillo es otro de los pueblos con un activo pasado histórico. De aquí a Molinaferrera y de nuevo de regreso por la carretera hay que desviarse hacia Filiel, lugar en que el Duerna y los canales de drenaje de oro marcan el camino que conduce a Boisán. Este pueblo, cuya iglesia se encuentra sobre uno de los castros, conserva un ancestral molino de agua junto al puente y un palacete del siglo XVII. Quintanilla de Somoza da pie a Luyego, localidad famosa por su romería de los Remedios y situada en el kilómetro 58 del recorrido. Al salir de Luyego continuamos por la desviación de la derecha contemplando todo el frente de explotaciones del Duerna y dos kilómetros más adelante hacia la cuenca del río se encuentra la impresionante mina de oro de Fucochicos. Este punto marca el regreso al punto de partida, no sin antes visitar Villar de Golfer, Valdespino, Santiago Millas y Val de San Lorenzo.