Diario de León

pan y magdalenas

Receta secreta y manos artesanos

Villabalter. Pocos panes quedan como el que elabora Pedro González Ibán. Lo mismo sucede con las pastas y magdalenas artesanales, cuya receta es el secreto mejor guardado de tres generaciones. Panadería Pedro González Ibán. C/ B

Pedro González Ibán es la tercera generación de panaderos y todavía utiliza el horno de leña.

Pedro González Ibán es la tercera generación de panaderos y todavía utiliza el horno de leña.

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P edro González Ibán es la tercera generación de panaderos y aún conserva la elaboración artesanal del pan, a pesar de que reconoce que es un oficio en vías de extinción. Harina, agua, sal, levadura y a cocer en un horno de leña mantiene el sabor tradicional de lo que hoy es, más que nunca, un manjar, tras la intrusión en el mercado de masas congeladas que hacen que el pan se estire y se encoja como un chicle. Explica que hasta los años setenta se vendían las hogazas de dos kilos y el pan a domicilio. Ahora, lo más normal son las barras, baguettes o bollos y en tiendas de alimentación. Una evolución que esta panadería ha seguido también con la mecanización de algunos de sus procesos, imprescincibles para hacer baguettes o bollos de pan. Pedro González reconoce el declive de un oficio que los jóvenes no quieren seguir. Así, destaca que de los más de 400 panaderos que ha habido en la provincia sólo quedan unos 70. «Nosotros sólo cerramos tres días al año y la gente joven esto no lo quiere», relata este panadero que recalca que todavía utilizan horno de leña para cocer un pan que al día siguiente se puede comer perfectamente, algo que no sucede con el que procede de masas congeladas.

Pero si delicioso es el pan de Villabalter, no menos lo son las magdalenas y las pastas caseras que elabora su mujer, Celi Fernández, con la receta de la abuela y que, por cierto, guarda como el mejor de sus secretos. «La receta sólo la sabemos ella y yo, aunque será fácil para todas las madres o abuelas que aún hagan estos dulces», explica este panadero que recuerda como fue en el año 1920 cuando su abuelo abrió la primera panadería que tuvo esta familia. Después, tres hijos se dedicaron a este oficio y es Pedro González el que aún continua con la tradición. El pan que sale de esta panadería se puede encontrar en 68 establecimientos de la capital, entre ellos, kioscos y tiendas de alimentación. Además, está presente en más de una veintena de bares y restaurantes como acompañamiento a las tapas o a las comidas.

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