Diario de León

PETIT PITTACUM TINTO Y ROSADO

MENCÍAs en estado puro

La bodega de los vinos de grandes restaurantes se instala en la barra de los barres. Los Petit Pittacum no son vinos menores de Pittacum, sino la expresión de su capacidad para abrir horizontes con la Mencía como bandera y el Bierzo como orgullo.

Publicado por
RAFAEL BLANCO
León

Creado:

Actualizado:

Hacer un vino atractivo visualmente y muy aromático que gustase sin más a los jóvenes, un rosado que no se pareciese en nada a los claretes tradicionales». Bajo esa exigencia nació el Petit Pittacum Rosado, que sustituye en la gama de la bodega de Arganza a un Tres Obispos más riguroso conceptualmente, inspirado en los rosados tradicionales del Bierzo, seco, con una acidez limpia y refrescante y en general de extraordinarias cualidades técnicas, pero que por esas mismas razones y justamente por el alejamiento del formato de aromas de golosinas y piruletas se salía de los nuevos parámetros que impone el mercado. «Hoy se exige más: que sea una fragancia y que sea supercercano para que un chaval de 25 años lo vea, lo lleve a la nariz y le guste sin buscarse más complicaciones». Así lo entiende —o al menos lo asume— el muy ortodoxo Alfredo Marqués Calvo, un tipo cabal, un analista preclaro y sin duda alguna uno de los mejores conocedores de la viña y el vino bercianos. «Nos planteamos que sería interesante cambiarlo y así lo hicimos», admite, y los resultados lo avalan: de las 12.000 botellas de 2014 se pasará a 20.000 en 2015, desde hace casi un par de semanas ya en los depósitos de la bodega. «Es un vino exclusivo para situaciones concretas, porque no va a crecer en los próximos años. No podemos hacer más porque no tenemos más disponibilidad de uva de esas cualidades: cepas vigorosas en viñas de mayor carga vegetal, de cierta fortaleza del terreno pero de producciones medias y que ofrezcan un alto grado de acidez para garantizar la mayor frescura en un vino que es muy sensible y muy difícil de hacer porque exige mucho cuidado y mucha delicadeza en el manejo de los precursores aromáticos», explica. «Hay que dormir con él para hacerlo», explica de manera muy gráfica.

Consolidado ya en la práctica enológica en la bodega y en el mercado, el Petit Pittacum tinto de la tercera elaboración que macera en depósitos multiplicará casi por tres el volumen con el que nacía en 2013: 65.000 botellas. Lo hacía también por exigencias del mercado en un momento en el que se demandaban vinos más ajustados de precio, pero también por la imposición de la bodega de romper la exclusividad de la presencia de sus vinos en la mesa para alcanzar la barra. «Teníamos marca y distribución, pero nos faltaba un vino que saliese pronto al mercado, con un poco de barrica —entre uno y dos meses— pero sin presencia de madera que penalizase la redondez. Un tinto que fuese pura Mencía, muy representativo de la variedad, de cuerpo medio y tanino maduro y en el que el dulzor se impusiese al amargor. Un tinto, en fin, alejado de la tendencia de los ultraligeros, con cuerpo pero que no saturase», afirma Marqués Calvo, envuelto en la inquietud de la bodega del grupo Terras Gauda en la que impone criterio técnico y a la que se impone «renovarse y no estancarse, buscar aire fresco». En el marco de esa exigencia en el que se desarrollan proyectos complementarios relacionados con el enoturismo toma cuerpo también un nuevo tinto, un vino de paraje que ya madura en sus barricas.

tracking