Diario de León

LUGARES FIGURADOS. LUIS CARNICERO, arquitecto y poeta

Geometrías del paisaje humanizado

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Aguas arriba del río Bernesga, desde Villamanín, volviste a cruzar pueblos de la Tercia y de Arbas abstrayendo praderías-estambre que alardean sus ubres de roca caliza. Dos mastines dormidos paralizaban el tiempo calentando sus panzas sobre el asfalto, bajo pasmos del sol. Venían del oeste celajes blancos instigando a las nieblas.

Pasando Casares, subiste al Alto del Viso, queriendo habitar otra vez un Centro de Formas-Sinfonía. Tu propio cuerpo navegaba en la bruma conformando un microcosmos. Al frente, al noreste, la quilla: Peña la Muezca; a la derecha, el embalse; a la izquierda, los farallones de los tres picos-templo. Fusión circular: una circunferencia dentro de un triángulo al que envuelve un cuadrado que encierra un pentágono: tú.

Bajaste imaginando trazados chamánicos.

De pronto el Sol —mediodía y planeidad de la Nube— y te encaminaste al retablo-Misterio de las tres Marías —a rompe-mata— hacia la de Enmedio. Posaba el rocío finísimos tules volviendo visibles los tutús de las telarañas. Bajaban hilillos de agua, arcos partidos de curvas-estallido, nervios-humedales de nieves idas. Labios de vaho-olor ensayaban elípticos besos-sangre en los agavanzos, entre la belleza-humildad de las escobas y los arbustos-espina… arrebujado la flor. Tu fe ascendiendo, frío pobreza en la mano, símbolo entre cascajales.

Ya en lo alto, aire-rezo-consagración -movimiento, materia y espacio- tras contemplar lejanías, el Cueto Negro, Luna y Ubiñas, el pueblo, el embalse… fuiste una vez más eje ?de aquellas tres cimas: Trinidad-aspiración en la María-Madre que semeja pirámide-vientre, entre el Palero —acaso María-llanto, flecha rendida que eterniza presencias— y la María de los Corros, alto relieve de vírgenes y ángeles. Y diste tu voz leyendo del libro ‘San Manuel Bueno, mártir’, de Unamuno. Cielo-Tierra, Lago y Montaña.

Ay, Naturaleza-prodigio —tú, sintiendo lo bello en la profundidad de unas aguas a las que nunca les asistió la justificación— había conseguido un espejo triadico.

Parodiando a Platón, regresando, pensaste: quien no sepa geometría no entre en este valle.

Y viste perderse, por Peña Esquina, el vuelo de un buitre.

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