Diario de León

De viaje a

garrafe de torío

Restos de castros recuerdan su pasado romano de unas tierras dedicadas desde siempre a la agricultura y a la ganadería, mientras que sus iglesias y ermitas son también seña de identidad Con un entorno natural privilegiado y buena ubicación, este municipio bañado por el Torío esconde numerosos tesoros en forma de arquitectura popular y mucha historia

Algunos de los rincones del municipio de Garrafe de Torío en los que la naturaleza es uno de los elementos dominantes de un paisaje también salpicado por iglesias, ermitas, molinos o monasterios.

Algunos de los rincones del municipio de Garrafe de Torío en los que la naturaleza es uno de los elementos dominantes de un paisaje también salpicado por iglesias, ermitas, molinos o monasterios.

León

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E s uno de los municipios de la provincia que más puede presumir de espacios verdes. Garrafe de Torío tiene al medio natural como seña de identidad y buena parte del turismo de la zona se debe a esta circunstancia. Y es que son numerosas las rutas, caminos y senderos que ofrece al visitante para que conozca algunos de sus rincones de naturaleza exultante. Una laberíntica y sugerente red de viejos caminos forestales que hacen las delicias de caminantes y amantes de la naturaleza en general. Los que parten del santuario de Manzaneda son ejemplos de recorridos cortos, pero cargados de belleza. Y son sólo algunos de los que esconden los múltiples rincones verdes de este rincón de la provincia.

El Torío es el gran protagonista de estos pueblos y a él le deben buena parte de su riqueza natural y una notable densidad de vida salvaje que han dotado a estas localidades de una belleza extraordinaria. Sus aguas han procurado la gama de colores de estos paisajes dominados por los tonos verdes.

A escasos 16 kilómetros de León se ubica este municipio que componen Abadengo, Fontanos, Garrafe, La Flecha, Manzaneda, Matueca, Palacio, Palazuelo, Pedrún, Riosequino, Ruiforco, San Feliz, Valderilla, Venta de La Tuerta, Villaverde de Arriba y Villaverde de Abajo.

Restos de castros recuerdan su pasado romano de unas tierras dedicadas desde siempre a la agricultura y a la ganadería como principal motor económico. Un pasado que no ha conseguido mantenerse en la actualidad, pues aquí la despoblación también ha hecho de las suyas y ha mermado el número de vecinos en los últimos años.

Pero Garrafe de Torío es más que naturaleza. Sus iglesias y ermitas dan buena cuenta de su honra histórica y es en ellas donde mejor aprecian las huellas de los tiempos. También sus construcciones tradicionales constituyen uno de sus puntos fuertes y ellas se aprecia la transición del barro-tapial-adobe hacia el canto rodado y la piedra labrada, conjugando en muchos casos estos tres materiales a los que se añade de forma intercalada el ladrillo.

El río Torío también ha dado identidad a los viejos molinos y presas de la zona. Entre estas últimas destacan la Presa Vieja y la de San Isidro.

El monasterio de San Julián, en Ruiforco y el santuario de la Virgen de Manzaneda son dos de los lugares para no perderse.

Por algunos de estos pueblos discurren las vías de Feve, que ofrecen al visitante otra forma de hacer turismo más original y sostenible.

Garrafe es un municipio con mucho que ofrecer y un buen lugar para descubrir lo bueno que nos brinda la naturaleza.

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