Diario de León

Esquiar en el cielo

El esquí de travesía se ha convertido en uno de los deportes preferidos de cuantos prefieren salirse de lo convencional. Exigente como pocos, requiere de gran preparación física puesto que integra el alpinismo y el esquí alpino. Los aficionados a este deporte buscan lugares para esquiar fuera de las pistas señalizadas, paisajes únicos y naturaleza apabullante. La provincia de León dispone de multitud de escenarios en los que perderse

Las horas de subida tienen su recompensa al final de la jornada. El esquí de montaña permite a los aficionados llegar a cotas de altitud casi imposibles en el esquí alpino, además de disfrutar de pistas únicas.

Las horas de subida tienen su recompensa al final de la jornada. El esquí de montaña permite a los aficionados llegar a cotas de altitud casi imposibles en el esquí alpino, además de disfrutar de pistas únicas.

León

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L eón es uno de los enclaves europeos en los que más y mejor puede practicarse uno de los deportes de riesgo más apasionantes. Se trata del esquí de travesía, también llamado de montaña, que permite a cuantos lo practican un contacto directo con la naturaleza más salvaje. El esquí de travesía puede practicarse en numerosos lugares de la provincia. Los más conocidos se encuentran en el puerto de Vegarada, uno de los más bellos de León, el de Piedrafita en Carmenes. San Isidro y puerto de Tarna. Pero, además, los esquiadores que deseen aventurarse a iniciarse en este deporte también tienen la posibilidad de hacerlo en la zona de Pajares, Pendilla y Valle Arbas.

En la montaña oriental, las zonas en las que puede practicarse el esquí de montaña son el pureto de san Glorio y Picos de Europa. En cualquier caso, los aficionados explican que el esquí de travesía es un deporte con tantas posibilidades que cuando hay nieve reciente se puede practicar en cualquier bosque o ruta de montaña de León que tenga altitud.

Una jornada de esquí de travesía puede realizarse en un periodo de tiempo de alrededor de tres horas, la mayoría de las cuales se invierte en subir a zonas vedadas para el esquí alpino. Se trata de un deporte duro, no apto para todos, y recomendado para esquiadores de primer nivel.

A medio camino entre el alpinismo y el esquí que no precisa de zonas preparadas ni señaladas y que tiene como objetivo hacer la ascensión y el descenso de un pico, una travesía o una excursión. Como otras actividades de montaña, se trata de un deporte de riesgo. Hace falta material y equipo específico, así como una preparación física y capacidad técnica que rebasan con mucho el simple dominio de las habilidades de descenso.

Tiene su origen en los Alpes, durante las primeras décadas del siglo XX, en un momento en que mientras que el alpinismo era una actividad de verano plenamente consolidada, durante el invierno y la primavera la alta montaña permanecía cerrada a toda actividad humana.

Para practicar este deporte se requiere un equipamiento específico: tblas de esquí parecidas a las del esquí alpino aunque más ligeras, fijaciones que permitan soltar el talón del esquí para poder caminar, botas ligeras con suela de goma y pieles de foca que se colocan debajo de cada esquí para poder ascender pendientes. Asimismo, es recomendable portar cuchillas que se utilizarán en caso de tener que caminar sobre nieve dura. Por último, hay que llevar utensílios como crampones, piolet y vestimenta técnica propia del alpinismo.

Entre las recomendaciones para la práctica de este deporte resulta imprescindible ir siempre acompañado, conocer antes de comenzar a esquiar la previsión meteorológica y la posibilidad de riesgo de aludes, y la posibilidad de cambios de tiempo que pueden influir rápidamente en el metamorfismo de la nieve. ¡Feliz travesía!

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