Diario de León

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El color del otoño. Los mejores paisajes para visitar en León

Si hay una época del año en la que todo es de color es la que corresponde a la estación de otoño. Los paisajes se tiñen de tonos imposibles como si quisieran convertirse en auténticas obras de arte. Teñidos de belleza así aparecen lugares y parajes que representan la potencia natural de una provincia. Desde Las Médulas a los Picos de Europa, o los Ancares, de norte a sur, la vida luce su tiempo nuevo

La uva Mencía en otoño; montaña central leonesa; paisaje de época en El Bierzo; otoño en Puente Villarente y vista aérea de la carretera de Monteviejo.

La uva Mencía en otoño; montaña central leonesa; paisaje de época en El Bierzo; otoño en Puente Villarente y vista aérea de la carretera de Monteviejo.

León

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El Hayedo del Canal de Asotín y el Hayedo de Cuesta Fría, en los Picos de Europa. son Patrimonio de la Humanidad, al igual que Las Médulas. Se trata por tanto de belleza oficial, que no empaña la real, como la de otros lugares de la provincia en donde el prodigio del cambio anual obra a máxima belleza.

El otoño se encarga del resto cuando como canta la canción del sur todo es de color. Desde el sabinar de Crémenes, el hayedo de Valporquero, el sabinar de Mirantes de Luna, el faedo de Ciñera, el pinar de Lillo, el Robledal de El Castillo, los abedules de Omaña... lo que se ve es el León que parece inventarse un paisaje cada año cuando el otoño llega. Obra maestra. Pero esto son solo unas propuestas concretas para dibujar un mapa imaginario de rutas que se pueden plantear como visitas a comarcas en donde el turismo de Naturaleza tan en boga se convierte en una opción rica en matices y posibilidades.

Pasear por la provincia durante el mes de otoño es asistir a una exposición de arte y colores naturales que muchas veces componen paisajes inimaginables. La mejor recomendación, como siempre, es informarse bien para no perderse nada y saltarse el guion todo lo posible para que el disfrute personal sea el único destino.

Bosques, hayedos, montañas o viñedos viven la explosión de color que ofrece el otoño y que se convierte en uno de los momentos ideales para practicar el trismo de naturaleza en libertad

El Bierzo infalible podría ser una de las mejores maneras de comenzar. Ya en su día, desde el paraíso del otoño que es El Bierzo, se propuso con acierto conocer los valores paisajísticos de lugares indiscutibles como los sotos de Vega de Valcarce y los viñedos de Cacabelos y Camponaraya.

Ni qué decir tiene que la información que ofrecen las diferentes comarcas es ya un atractivo de por sí en el que juegan un papel de igual importancia tanto el conocimiento y contacto con el Patrimonio como la constatación in situ del imponente valor gastronómico que se manifiesta en todos los confines de la provincia.

Los castaños en el Valle del Silencio y los nogales en Turienzo de los Caballeros son dos claros ejemplos de propuestas en las que la ruta del viajero se puede plantear con un destino de belleza indudable pero también al margen de circuitos más masificados. Que no por ello dejan de tener atractivo pero que a veces resultan una visita en la que la magia natural se pierde entre tanta gente. Y de lo que se trata aquí es de reencontrarse uno mismo con la fascinación de la provincia. Estas propuestas serían dos entre cientos para disfrutar de la naturaleza e identificar los distintos frutos silvestres al alcance de la mano.

La ruta por el Lago de Carucedo y Campañana ofrece la posibilidad de presenciar espectaculares lugares del entorno del lago, de gran belleza natural, en donde en el entorno la flora y la fauna son de gran atractivo. La ruta estandar ronda los 9 kilómetros, y permite así conocer los alrededores de Las Médulas en una visita que tiene esas dos vertientes de conocer este monumento natural y de escapada.

Puebla de Lillo sería una excelente base de operaciones para luego dar rienda suelta a los recorridos que proponen varias rutas. Así lo es la de las Biescas, recomendada en primavera, verano y otoño, y en donde los bosques de avellanos lucen en todo su esplendor en vista panorámicas espectaculares.

La Ruta de Tronisco es una opción de senderismo fácil pero de máximo nivel para realizarse a gusto del viajero, en bicicleta, a caballo... O simplemente andando. El Hayedo de Tronisco es visita obligada.

Qué decir del Lago de Isoba, que ofrece una ruta durante todo el año, salvo si hay nieve, como advierte el ayuntamiento y en donde se puede tener la máxima sensación de belleza natural en este otoño en el que al fin todo es de color.

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