Diario de León

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La Navidad empieza en Riello con el Sábado Castañero, una tradición que funde los sabores de la tierra con la fiesta y la comunidad reunida en torno al fuego. El recibimiento al solsticio invernal lo protagoniza este sábado 16 de diciembre la coral Ordoño II, con el reparto de castañas y vino caliente en la iglesia parroquial de Riello a partir de las seis y media de la tarde. Una jornada ideal para realizar la visita guiada que oferta el ayuntamiento con salida a las 12.00 de la mañana y previa reserva en el teléfono 638 56 78 34.

Las visitas guiadas comenzaron el 9 de diciembre y las hay previstas para los días 16, 23 y 30 diciembre y el 13 de enero. Con esta actividad, el Ayuntamiento de Riello refuerza su apuesta por dar a conocer su patrimonio popular también más allá del verano. El invierno es una ocasión para acercarse a Omaña a conocer los pueblos y el patrimonio rural de una forma diferente.

La ruta guiada de esta temporada, que realiza el técnico de turismo y patrimonio Darío Álvarez Bouzas, comprende el Belén de Riello, el santuario de Pandorado y la iglesia de La Omañuela.

Uno de los atractivos más singulares es la exposición de ramos que se puede ver en la iglesia de Riello. El Ramo Leonés ha prendido en la capital como elemento decorativo singular de la Navidad. Se trata de un fenómeno de raigambre rural y ancestral, que se empezó a recuperar en la escuela en los años 90 y por el que ya muestran interés otras ciudades del viejo reino, incluidas las asturianas.

En Omaña se conservan algunos de los ejemplares de ramos más antiguos y llamativos por la variedad de sus formas.

Las visitas guiadas recorren en primer lugar el Nacimiento de Riello, elaborado a mano en los años noventa por los vecinos del pueblo y que cuenta con figuras representando distintos oficios artesanales.

En la parroquia de Riello se exonen varios ramos omañeses procedentes de iglesias cercanas, como los de Santibáñez de Arienza y Villayuste, que son considerados interesantes obras de arte popular. «Todos ellos son de hace más de un siglo y se caracterizan por su factura elaborada y sus formas alargadas o circulares», explica Álvarez Bouzas.

A continuación se visita el santuario de Pandorado, un templo conocido por la romería a la que el 15 de agosto de cada año concurren los pueblos de la comarca con su pendón.«La iglesia de Pandorado es interesante por sus pinturas murales, descubiertas en la última restauración, sus majestuosos retablos barrocos así como por el suelo pavimentado con cantos rodados y huesos humanos del camarín», subraya el guía. Los vecinos de Pandorado también han montado un sencillo nacimientoFinalmente, la ruta baja a La Omañuela, un recoleto pueblo cuya pequeña iglesia mantiene intacto su aspecto tradicional. En ella también se custodian varios ramos que han sido decorados tal y cómo se hacía para el canto del ramo que antiguamente se celebraba en la misa del Gallo en Nochebuena y cuyo ritual también se explica en la visita guiada.

Algunos de los ramos han sido restaurados y han recuperado sus colorido tradicional. En oro se observa el paso del tiempo pro conservan restos de los pigmentos originales que han ayudado a su restauración. Son obras sencillas pero que denotan un gran sentido de la belleza y creatividad popular. Verlas en su lugar de origen les da un valor añadido al poder ser contemplados en su ambiente vernáculo y en una época en la que el ramo cobra un significado especial, si bien su uso en la antigüedad iba más allá de la Navidad.

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