EDITORIAL | El Ayuntamiento sale del agujero gracias al esfuerzo de ocho años

Cuando en una institución pública se genera un problema grave, al igual que cuando se resuelve, normalmente todo se debe a una tendencia o a la realización de políticas que superan temporalmente más de un mandato. En el Ayuntamiento de León la ingente deuda que se llegó a acumular no fue cuestión de un único periodo político aunque quizá es cierto que en la recta final, antes de que se empezase a actuar, si se mantuvieron las tendencias desatendiendo todas las luces de alarma.  

Y lo mismo ocurre ahora, cuando las cuentas municipales vuelven a encaminarse hacia una situación de relativa normalidad gracias al esfuerzo realizado en los últimos ocho años, tanto por la labor de los dirigentes municipales de los equipos de gobierno como por el sacrificio de unos ciudadanos que, en realidad, no tenían ninguna culpa y que vieron mermados los servicios que reciben y también padecieron la precariedad de algunas infraestructuras a las que no llegaba el necesario mantenimiento.  

La última crisis puso en evidencia a numerosas instituciones públicas que no actuaban con el necesario rigor. Gastar sin medida acaba teniendo consecuencias y en el caso de León ha sido necesaria una política de máxima austeridad para que en el próximo mes de abril el Ayuntamiento pueda abandonar la situación de control a la que estaba sometido. Ahora lo importante es no volver a caer en los mismos errores.  

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