Diario de León

Féminas en sección

CORNADA DE LOBO | Todo Valladolid te siseaba lo de Pilar Primo de Rivera y su amante María Teresa Íñigo de Toro y todo León sabía lo de aquí, así que el colectivo LGTBI bien podría nombrarlas pioneras, incluso heroínas de su tiempo, al margen de su ñoño y rancio plan ideológico

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Mosqueó un poco Peláez a nuestras dos tertuliantas guadianas, Inés Sáez y Pilar Aiyóo (cítanos alguna vez, güevines, que aquí hay algo más que un Sócrates macho-alfa y el ocurrente Octavito), y también dejó muda a Marisol tras la barra al preguntarles a bocajarro qué juicio le merecería al feminismo de hoy aquella Sección Femenina que creció con Franco tras nacer en 1933 al amparo de Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (uf, FET y de las JONS, se dijeron, o no nos cabe tanta literatura en las tarjetas de visita, ni hay tanta chapa para estamparlo en rótulos por ahí).

Peláez precisó: por favor, un juicio sereno, sopesad qué tuvo de malo, qué de bueno, qué de sobrante... ¿fueron pioneras en algo?, ¿rompieron algún molde o faja?, ¿y cumplía su clase dirigente, tan profusa en apellidos distinguidos, el modelo de mujer que predicaban -esposa dócil, religiosa, sacrificada a la familia y lejos de otros trabajos y profesiones- o bien se convirtieron en cierta élite de mujeres «liberadas» gracias a todos los cargos y empleos (dirigentas, profesoras, administrativas, auxiliaras, coristas-danzantas, monitoras, cocineras, limpiadoras) que ofrecía el entramado nacional de la SF sin el que muchas «distinguidas» ni habrían salido de su casa o su papel?...

Lo cuenta en su libro «La Sección Femenina, Historia de una tutela institucional» la sevillana Begoña Barrero. Dice que muchas dirigentas de la SF pudieron plantearse una vida individual, independiente, no convencional y hasta desafiante. No entra en la liberalidad sexual que facilitó a algunas su status (o masculinidad, tan falangista cosa), ni cita lesbianismos célebres, pero todo Valladolid te siseaba lo de Pilar Primo de Rivera y su amante María Teresa Íñigo de Toro y todo León sabía lo de aquí, así que el colectivo LGTBI bien podría nombrarlas pioneras, incluso heroínas de su tiempo y su chirri, al margen de su ñoño y rancio plan ideológico.

Peláez miró a las guadianas y resumió: crear una Sección solo para mujeres ¿fue empoderamiento o esclavitú?...

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