Editorial | Una semana clave para fijar los criterios que marquen la desescalada
El próximo sábado, si no hay cambios sanitarios que lo impidan, comenzará la desescalada del confinamiento. Para entonces se supone que habrá también sobre la mesa un plan de vuelta a la actividad económica. De momento, en el encuentro que ayer mantuvieron los presidentes autonómicos con el jefe del Gobierno, lo que se puso de manifiesto es que no hay acuerdo sobre los criterios a seguir para llevar a cabo este inicio de vuelta a la normalidad. Lo que implica que, de no establecerse órdenes concretas y bien claras sobre cómo llevar a cabo el proceso, la confusión y los cambios de rumbo de última hora pueden ser la tónica de nuevo, como ha pasado en las últimas horas con el permiso de salida a la calle de los menores de 14 años.
La diferencia de algunas autonomías, entre ellas Castilla y León, y Pedro Sánchez a la hora de abordar estos primeros pasos del fin de la cuarentena social es de concepto. Sánchez no quiere dejar nada fuera de su control, y prepara una desescalada que tendrá distintos ritmos según las zonas, pero estará marcada en todo caso de arriba a abajo, desde el Ejecutivo central a los ciudadanos, organizada por provincias.
El presidente de la Junta de Castilla y León reiteró ayer su planteamiento, que parte de la división del terreno en áreas más pequeñas, para controlar aquellas en las que ya no se producen contagios y darles un respiro. Una desescalada de la que pueda beneficiarse primero el mundo rural, porque considera que es injusto penalizarle por el peligro de las aglomeraciones en las ciudades. La España vacía comenzaría a abrirse por las zonas de salud básica sin casos.
Sea de una u otra forma, Fernández Mañueco lamenta que se haya anunciado el permiso de salida de los ciudadanos para el 2 de mayo, dentro de apenas cinco días, sin que se hayan establecido criterios técnicos por parte de los expertos para abordar el principio del final del confinamiento en un momento tan delicado de la pandemia.
Buena prueba de esta falta de criterio único fueron las comparecencias ayer de los responsables del comité de expertos y el ministro de Sanidad. Unos abogan por mantener a la población de mayor riesgo confinada aún durante un buen tiempo, otros responden a la demanda social anunciando que también podrán salir ya.
La evolución futura de la sociedad y la economía ha de basarse en la confianza, y sólo el Gobierno puede proporcionarla. No puede consentirse ni un segundo más de dudas y traspiés.