EDITORIAL | Un pacto valiosísimo, que debe servir de ejemplo de compromiso
Hoy, día 13, se cumplen exactamente dos meses desde aquel viernes de marzo en el que se anunció el confinamiento de los españoles y la activación del estado de alarma. Desde entonces han sucedido muchas cosas y probablemente somos víctimas de demasiados errores. Han pasado dos largos meses y en la mayoría de las instituciones españoles el pretendido dialogo de las fuerzas políticas sigue siendo una entelequia en la que cada vez es más difícil creer. Seguimos a diario alabando lo conseguido en otros países en los que los partidos han tenido la altura de miras suficiente para aparcar las diferencias y los intereses, para ponerse a trabajar a una buscando las mejores soluciones a cada problema y ofreciendo una imagen de unidad y solidaridad a la ciudadanía cuando más se hace necesario.
En ese contexto resulta imprescindible alabar la iniciativa de los máximos responsables del PP y PSOE en Castilla y León. Alfonso Fernández Mañueco y Luis Tudanca se van a reunir para poner en marcha un pacto para pelear por un mejor futuro para Castilla y León. El gesto de ambos tiene especial valor en una Comunidad en la que la política se vio duramente tensionada en los últimos meses. Y con un entorno nacional que no invita precisamente a este tipo de iniciativas, puesto que desde Madrid se siguen enviando mensajes totalmente contrarios a la imprescindible generosidad hacia el que siempre debe considerarse como rival y no como enemigo.
Mañueco y Tudanca tienen la oportunidad de facilitar a Castilla y León fórmulas para avanzar mejor hacia un futuro que no será fácil. Y de ofrecer un ejemplo de compromiso que se echa en falta en Madrid y en otros territorios. La terrible crisis que dejará el coronavirus se une en la Comunidad a unos desequilibrios estructurales conocidos y con unas necesidades que genera la singularidad de su extenso territorio, con una población muy dispersa por sus pueblos. Facilitar servicios como la Educación y la Sanidad, e incluso oportunidades a estos ciudadanos no puede recibir nunca la misma financiación que la destinada a las grandes urbes.
Toca hacer política de verdad. Es una oportunidad que Mañueco y Tudanca no pueden dejar pasar. Que por una vez los partidos se olviden de la calculadora cuentavotos y piensen en las verdaderas necesidades de esta tierra.