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Editorial | Torneros no puede diluirse

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Desde que José Luis Rodríguez Zapatero abandonó La Moncloa, hace casi nueve años, existe en la provincia de León un debate recurrente sobre su legado. Normalmente son previsibles los comentarios, porque salvo excepciones vienen marcados por el posicionamiento político de cada cual, excepto momentos puntuales en los que se intenta objetivar lo ocurrido durante la Presidencia del Gobierno del político socialista leonés.Podría ser admisible con esos parámetros que el Inteco (hoy Incibe) se ha convertido en un motor para el desarrollo tecnológico de la provincia. Pero también puede compartirse que la Ciuden se ahogó con la muerte del carbón al hacer inútil su captura de gases, por lo que ahora sigue a la espera de un nuevo proyecto que le devuelva una razón de ser y que, en todo caso, difícilmente justificará unos gastos milmillonarios que duermen el sueño de los justos en Cubillos del Sil. Pero el verdadero eje central de todo lo ideado entonces, capaz de generar cientos de puestos de trabajo, sigue en vía muerta sin que nadie consiga resucitarlo en condiciones. La plataforma logística intermodal y el polo ferroviario que incluía unos talleres que cada día que pasa parecen más inalcanzables.

Durante años, el proyecto de Torneros se convirtió en la bandera de la Agrupación Local Socialista de León contra el Gobierno del Partido Popular. Se acusó al Ejecutivo de Mariano Rajoy y a la Junta de torpedear este proyecto. Quizá por ello, con el cambio de color en La Moncloa tras la moción de censura de Pedro Sánchez y el relevo en el Consistorio de Ordoño II parecía que se despejaba un camino que ahora se llena de nubarrones y silencios.

El único avance en Torneros llegó hace unas semanas curiosamente liderado por los ‘rivales’ de dicha Agrupación Local, desde la jefatura provincial que consiguió que el Ministerio de Fomento desbloquease el proyecto de urbanización para lo que será, si no se viene abajo también, la parte destinada a albergar empresas de distribución. Pero la parte más ferroviaria, la que debería dar una alternativa a los vetustos y decadentes talleres de León ha sido directamente desechada desde Renfe. Ahora es cuando toca ser reivindicativos. Ante los propios. Lo otro era fácil.

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