Diario de León

Creado:

Actualizado:

Parece de Perogrullo, pero forma parte de la misma ecuación que si todo es empeorable, igualmente todo es mejorable, y a veces, como rezaba aquella ley promulgada sobre la explotación de las fincas agrarias, manifiestamente. Lo de manifiestamente lo ha sustituido por «sustancialmente» el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, cuando ha calificado de «mejorable» la labor de oposición que viene realizando el PSOE en torno a la gestión del gobierno bipartito PP-Cs que preside Alfonso Fernández Mañueco. El primer edíl vallisoletano echa en falta «coordinación y rumbo» que es tanto como tildarla de anárquica y errática.

Habida cuenta de que Puente es socialista —y no precisamente militante de base, ya que es el portavoz de la Ejecutiva Federal del partido— su crítica no es asunto baladí. Y menos cuando el principal aludido, el máximo responsable del PSOE de Castilla y León y portavoz parlamentario de los socialistas, Luis Tudanca, ha replicado inmediatamente señalando que «al señor Puente» (sic) parece que no le gusta ni la labor de la Junta, ni de la del gobierno de España ni la del PSOE autonómico (…) solo le gusta la suya», añadiendo, eso sí, que comparte plenamente lo último, ya que se trata de una «magnífica gestión».

Se sabía que Puente y Tudanca no tenían una relación especialmente fluida, pero sorprende que de buenas a primeras hayan hecho públicas sus discrepancias, dando con ello tres cuartos al pregonero, que no es otro que el gobierno autonómico. Para ese matrimonio de conveniencia que mantienen Mañueco e Igea (lo del amor sobrevenido es más falso que una moneda de tres euros), esta desavenencia socialista es todo un regalo. Ahora pueden decir que no son los únicos que tienen lo suyo con sus respectivos partidos —la relación del primero con Pablo Casado es manifiestamente mejorabe y no digamos la del segundo con Inés Arrimadas— y que en todos partes cuecen habas. Al final, se cumple una vez más aquella sentencia de Adenauer que muchos atribuyen a Andreottí, según la cual en política hay adversarios, enemigos y compañeros de partido.

En cuanto al fondo de la discrepancia socialista, es verdad que la firma del cacareado pacto para la «reconstrucción» de Castilla y León, y, sobre todo, la no solicitud de una comisión de investigación sobre las trágicas consecuencias de la pandemia en las residencias de ancianos (2.640 muertos a fecha de ayer), han difuminado la imagen de Tudanca como alternativa de gobierno. Pero también es cierto que Puente no era partidario de solicitar dicha comisión y tampoco rechazó la firma de dicho pacto. Lo que está claro es que han decidido proclamar urbi et orbi que no se soportan.

tracking